CICATRICES [FINALIZADA ✓] |+18|

CAPITULO 34

CAPÍTULO 34

Entró en silencio y nos sentamos en la sala mientras  esperaba que dijera algo.

—Sam, ¿Estos días ha sucedido algo?

—¿Que podría suceder? —fruncí el ceño.

—Sam... —retuve mi respuesta. —Entonces seré directo, Harry huyó de su casa.

Aquello hizo eco en mis oídos provocando que un frío inundara mi cuerpo, exteriorizandolo a mí rostro pálido. Solo escuchar su nombre me enfermaba, dejándome en silencio.

—¿Estás bien? —acarició mi cabello.

—¿Hace cuanto? —bajé la mirada.

—Dos días, suponemos que está escondido en algún lugar. No puede haber salido del país tan rápido.

—¿Quien lo asegura? ¿Estaré bien? —me levanté para respirar profundo.

—No puede llegar aquí, escucha. Papá enviará guardias para ti y presentará cargos. El contrato esta pronto a terminar. —imitó mi acción para tranquilizarme.

—No quiero guardias, sería estar diciendo quien soy. No quiero guardias, prensa, ni rumores. —negué rápidamente.

—Tu seguridad es la prioridad.

—Lo sé, pero ahora mismo lo único que quiero es cambiar la cerradura por una más segura, ¿Podrías encargarte? No quiero utilizar mucho el móvil, no quiero sentirme vulnerable de nuevo. —oculté mis manos temblorosas.

—La mejor opción es que te mudes conmigo o al menos al mismo edificio. —negué inmediatamente.

—No, no quiero cruzarme mucho con Thomas. No quiero nada de eso.

—Estudiamos lo mismo, somos compañeros de clase, te gusta ¿Por qué continúas evitándolo? —cuestionó un poco molesto y lo miré del mismo modo.

—¿Y eso qué? Da lo mismo si somos compañeros o socios, o lo que sea. Solo no quiero involucrarlo, recuerda como es Harry.

—¿Temes que le haga daño? —mis ojos se humedecieron y mi labio tembló un poco. —Hoy estuviste con él, ¿Sucedió algo que quieras contarme?

—Estaba muy cansada, y me quedé dormida —me sinceré llevando una mano a mis labios con preocupación a mi situación.

—No duermes en cualquier lugar, inconscientemente confías demasiado en él, ¿No quieres decirle qué sucedió?

—Una cosa es lo que ese descuido signifique para mi, otra es lo que yo signifique para él. Son cosas totalmente diferente. —respondí en tono bajo

—Se están llevando bien. —intentó animarme, pero negué.

—Es por el trabajo, maldición.  Solo me soporta porque demostré un poco de lo que soy. No quiere decir que seguiremos igual cuando terminemos, que será en dos días. —recordé. —Luego será igual que antes.

—Quisiera que las cosas vayan mejor Sam. —me abrazó y correspondí
—Quisiera poder hacer más por ti, hermanita. Por eso te acompañaré ésta noche, mañana cambiaremos la cerradura. —susurró y asentí reprimiendo las lágrimas.

A diferencia del pasado tener a Daniel era un gran soporte emocional, era mi hermano y me comprendía mejor que nadie. En su momento me enfadé por no saber de su existencia, pero con él tiempo agradecí tenerlo y me lamentaría perderlo.

Durmió en otra habitación y al otro día nos fuimos juntos después de desayunar. Los murmuros no se hicieron esperar al vernos juntos, pero los ignoré completamente.