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Tomaron prestado de varios lugares algunos maniquies, que probablemente jamás devolverán y en ellos untaron la sangre de la pobre Sam.

—La trampa es simple. Ponemos la carnada. Los asesinos van a ella. Luego... ¡Sonríe, malnacido!—Explicó Simon, mientras Josh, Kate y Gael colocaban liquidos flamables en el suelo del baño.

—¿Estás segura de esto?—Preguntó Deena a su ex pareja, Sam.

—Te veo del otro lado.—Respondió esta con una pequeña sonrisa para tratar de calmar a la rulosa.

Seguido, ella se metió en uno de los cubiculos de los baños.

Los cinco restantes salieron del lugar, para proseguir con el plan.

Simon tomó una de las mopas con sangre de Sam y empezó a trazar una linea hasta unirla con la de Gael, quien a su lado, Deena y Kate le llegaban.

A lo lejos, los cuatro oyeron una canción, y solo Simon y Gael entendieron de quien era.

Los adolescentes se apresuraron a llegar hasta donde el menor los esperaba.

—¡La vi, chicos! Tan linda pero demente.—Exclamó Simon y Gael lo miró raro.

¿Desde cuando pasaste de ser mi novio a un heterocurioso?—Mumuró Gael, llevandolo a su lado.

—Funciona. Mascara de Calavera a las tres.—Declaró Kate desde una de las esquinas.

Y tal y como dijo la pelinegra, los asesinos de Shadyside, empezaron a acercarse a ellos, siguiendo el camino de sangre que habían dejado anteriormente.

Gael tomó a Simon de la mano y lo alejó lo más posible.

—Si esto no funciona, te mataré.—Susurró Kate a su amiga, Deena.

Los tres asesinos pasaron al baño, y Kate cerró la puerta con fuerza.

Sam pateó la rejilla de la ventilación y los miró.

—Haganlo.

La porrista tomó la soga de su bolsillo, y ató la puerta a los casilleros.

Deena y los demás, echaron los liquidos flamables en la entrada del baño, y sin vacilar, la rulosa prendió el mechero.

Los chicos se ocultaron mientras el baño era explotado con los asesinos dentro.

Unos minutos bastaron para oír el potente ruido, dado por finalizado.

Ellos se encaminaron hacia el baño con matafuegos en sus manos.

Al entrar una cortina de humo los segó.

—Vuelvan de eso, malnacidos.—Habló Simon, burlonamente.

Su novio lo miró con una sonrisa, esperando a que esto terminara.

11 MINUTES², fear streetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora