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Querida...

No sabes cuando deseo tocar ese cuerpo delgado, pero de caderas prominentes y piernas largas. Mentiría si no admitiera mi lujuria hacia ti, Siempre espero con ansias que caiga la noche para pensar en ti, en tu cuerpo... Dios puede llevarme de una vez, si así lo desea.

Eres aquel fruto prohibido que todo el mundo quiere obtener, He de admitir que eres difícil de impresionar, pero poco me interesa; He cambiado con el tiempo y no por ti, Me amo tanto como a ti. Si pudiera te arrebataría de todo y todos, pero eso es tocar la obsesión y no es lo que quiero.

He de admitir que dolió un poco el rechazo indirecto que recibí de tu parte, más no me detuvo a poder impresionarte de alguna forma ¿Acaso eres consiente de lo que ocasionas en las personas? O ¿Solo gustas que las personas se embelesen contigo?

La verdad no me importa y siquiera mostraría interés en eso ¡Por Satán! La lujuria es algo que nunca he tocado con mis propias manos, más bien debería decir que lo he rozado; Poco importa lo que piensen de mí si digo que me gustas... mejor diría que no es gustar, Algún otro término debe existir mucho más que seductor para referirme sobre lo que siento, algo mucho más allá de ello.

Tal vez y solo Tal vez mi precio a pagar en el infierno sería el que considero yo el mejor pecado capital que existe, La lujuria... Nunca me considere una persona lujuriosa, más bien solo de gusto sexual activo, más no lujurioso.

No hay día, noche, tarde, evento o lugar donde no piense en ti de forma lasciva y tal vez estoy escribiendo esta carta por el hecho de que alguien más ha podido declararse de alguna forma sobre sus sentimientos sobre ti, Pero eso no es un problema, El rechazo que le diste a esa persona fue el mejor sabor que pude sentir en mi paladar... Dulce, peligroso e inclusive amargo, He de admitir que si bien esa persona es alguien cercano a mí, disfrute el rechazo que le diste.

¡Santa Mierda! Eso me hace ver que como persona nunca seré buena con alguien si opta por obtener lo que yo deseo, Mi pequeño paraíso. Es lo que eres para mí, Todo tú me gusta, tu personalidad, tu mente, tus principios y la forma de ver la vida.

Más no aceptarías mis sentimientos si te lo dijera, Prefiero quedarme de esta forma o tal vez no, Ya no me asusta la verdad... más bien, me agrada el sabor amargo y dulzón que deja, está en la boca cuando no es lo que uno espera.

Esta carta es, y será mi preferida, dulzura ¿Algún día la leerás o solo quedará guardada como las otras que tengo bajo mi poder?

¿Estarás lista para saber la verdad sobre mí?

Cartas de un AmanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora