CAPITULO 39

932 63 8
                                    

CAPITULO 39


Mi móvil llegó por la tarde y me sentía como niña con juguete nuevo, pero no lo utilicé de inmediato.

Por la noche estaba totalmente incómoda sin poder dormir, me molestaba la postura, la almohada, la temperatura y prácticamente todo me molestaba. Miré la hora, 11:50 pm.
Me levanté y caminé rápidamente hasta la habitación de Thomas para abrir la puerta levemente.

—Tom, ¿Estás dormido? —pregunté bajo y suspiró fastidiado.

—¿Ahora que quieres? —preguntó molesto.

—No puedo dormir —entré sigilosamente para detenerme a su lado.

—¿Y quieres que te cuente una historia? —encendió la luz para asustarse —¡demonios! —frotó su cabello con fuerza.

—Lo siento. —sonreí —No quiero una historia, solo comodidad. Cuando estoy indispuesta necesito una cama, ¿Puedo dormir aquí?

—¿Que? ¡Claro que no! 

—Que grosero, en realidad es tu culpa por no darme la clave. Será como el karma. —crucé los brazos —Tú cama es muy grande, solo quiero un costado, ni siquiera me notarás.

—Me estás hablando de karma a media noche. —Sonrió ironico y apunto de tener un colapso.

—Si eres lo suficientemente inteligente deberías saber que no es bueno contradecir a una mujer en este estado. Las hormonas hablan por si mismas, quien sabe lo que te pueda suceder...

—Acuestate de una vez, pero ya dejame dormir.  —me miró mal y caminé hasta el lado desocupado.

—Ni me sentirás, de hecho pondré esto. —coloqué una almohada en medio para dividir.

Al fin me sentía cómoda y suponía que tendría una buena noche de sueño, aunque sabía que no era así, estar en esos días me hacía alguien diferente por los cambios de humor.

Por la mañana desperté y lo primero que hice fue estirarme por las molestia muscular cuando noté que estaba sola

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por la mañana desperté y lo primero que hice fue estirarme por las molestia muscular cuando noté que estaba sola.

Después de una ducha me dirigí a la sala para encontrarme con un  malhumorado Thomas.

—Buenos días. —sonreí levemente.

—¿Que tienen de buenos?

—Soy quien debería estar molesta, ¿Te contagié? —dije sin pensar tomando una taza de café.

—Dormiste tan cómoda que literalmente me tiraste de la cama. —respondió entre dientes

—Imposible. —reí negando

—Esto es increíble, ¿Sabes qué? Tú ganas, te daré la clave. No me importa lo que suceda de ahora en adelante.

—Perfecto. —aplaudí.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora