Capítulo cuatro.

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Capítulo cuatro.

- Ah pinche doc, ¿nuestro padre sabe que nos trajiste aquí? - preguntó Alexis. Samuel los había llevado a comer pizza.

- Bueno, aún no. -

- No mame doc, ¡Esto es como un secuestro! - exageró el joven.

- ¿Eso no es ilegal? - le siguió el pequeño Titanicus.

- ¿Qué? No, no chicos... - Samuel intentaba calmarlos.

- Voy a gritar y correr junto a la persona que más confianza le tenga. - interrumpió Titi.

- A ver, chicos los conozco hace tiempo y su tío Alexby está aquí. - dijo Samuel señalando a un chico bastante bajito con una remera de Star Wars, el cual se encontraba coqueteando y bailando con un mesero vestido de búho.

Al ver tal escena los tres se quedaron sin palabras.

- Si bueno, ignorando eso, los traje aquí porque necesito la ayuda de ustedes, ¿Qué les parece si fingen ser mis hijos por una tarde? - Samu terminó de hablar con una sonrisa.

- No sea pendejo, ¿Por qué no solo le dice la pinche verdad y ya está? -

- Esperen un segundo, ¿Lo saben? - exclamó asombrado.

- Qué cree, nuestro padre nos cuenta todo. - respondió Quackity mientras movía su cabello intentando imitar a Akira.

- Ya, para con eso, ella no es así, tu padre la describió de manera errónea, aparte ahora no es momento de decir la verdad. Y tú, creí que podrías estar feliz al fin vas a poder trabajar de actor. - Samuel intentaba convencerlo.

- Oh, si esto es un trabajo entonces tienes que pagarnos. -

- Por supuesto que les pagaré, con experiencia claramente. -

- Usted me vió la cara de pendejo o qué, yo quiero dinero de verdad. - Alex sentenció firme.

- Está bien, ¿Cuánto dinero quieres? - preguntó burlón.

- Setecientos dólares el día y tú me pagas siete semanas de un curso intensivo de actuación que papá no puede pagar. -

- Cincuenta y tres semanas en el taller que tú quieras. - intentó negociar Vegetta.

- ¿Es pussy o qué? Cuatrocientos y seis semanas de actuación. - negoció el joven.

- Trescientos y tres semanas de actuación. -

- Mmm hecho. - aceptó y estrechó su mano con la de Samuel.

- ¿Sabés? Yo habría aceptado en los cuatrocientos. - dijo con burla.

- Y yo lo habría hecho solo por la experiencia doc. - respondió Alexis mientras le guiñaba un ojo.

Samuel al sentirse derrotado miró al más pequeño, el cual se mantuvo al margen de toda la discusión con su hermano mayor.

- Titanicus. - llamó Samuel. - Dime chiqui, ¿Tu qué quieres? -

- Quiero ir a Hawaii y nadar con delfines. - dijo seguro.

- No, nadie irá a Hawaii, pide otra cosa anda. -

- Entonces quiero un unicornio. - empezó a negociar.

- Si, yo también quisiera uno, pero no existen. -

- Ya, pues entonces quisiera un cerdo y que se llame Juan Carlos. -

Un esposo de mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora