Capítulo 23

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Desde que Darya los vio acercarse, supo que gritar sería inútil. Ya había caminado por ese bulevar de camino a la enfermería y nadie la había notado, ninguna persona se había parado a verla, ni se habían apartado al notarla caminando tan cerca de ellos. Así que, estaba segura de que no había nadie que pudiera sacarla de aquel problema.

El miedo la invadió al ver a aquellas personas vestidas con túnicas. Inmediatamente, pensó en que podría tratarse de una secta, lo que le faltaba, una secta de fantasmas. Se preguntó si esas personas podrían hacerle daño, dado que ella ya no estaba del todo viva.

Aquello la dejó pensando, ya que tampoco tenían una razón para herirla, aún no había hecho nada. Darya intentó alejarse del camino y hacer como si nada hubiese pasado, buscando evitar el encuentro con esas personas vestidas con túnicas. Sin embargo, se dio cuenta de que todo estaba perdido cuando se percató de que se dirigían directamente hacia ella y la rodeaban, dejándola sin escapatoria.

Darya pudo ver cómo las demás personas alrededor seguían caminando, como si no hubiera nada fuera de lo normal, como si no notaran a aquellos individuos con túnicas o lo que estaba ocurriendo. Esta situación la hizo sentir como si estuviera atrapada en una verdadera pesadilla, sin nadie que pudiera ayudarla y sintiendo que cualquier cosa podría sucederle en ese momento.

Aquel grupo de personas rodeó a Darya formando un círculo, hasta que le era imposible ver más allá de sus cabezas. Se sentía ahogada, estando rodeada por ellos y sin saber qué querían de ella. Intentó buscar un rostro entre sus túnicas, pero no podía ver nada, y antes de que pudiera distinguir a alguien, sintió cómo le cubrían los ojos y la boca con tiras de tela, imposibilitando aún más sus pobres intentos de pedir ayuda a las personas a su alrededor.

—¡Listo! Llévensela. Fue más fácil de lo que pensamos —le escuchó decir a uno de ellos.

Sintió un centenar de brazos, rodearla y cargarla. No podía ver nada, y no sabía a dónde se la llevaban. No podía gritar, y aquello la desesperaba aún más. Intentaba retorcerse para liberarse de su agarre, pero ellos eran muchos y por sus comentarios pudo adivinar que esta no era la primera vez que hacían algo como esto, así que continuaron cargándola aún con sus intentos de moverse y patalear para escapar de aquellos brazos.

—Parece que tenemos un pequeño gusano acá —se burló alguien.

Odiaba no poder responderles, y más aún no saber quién le estaba hablando.

Ella no estaba caminando, pero podía sentir lo inestable del camino. No sabía donde estaba, ni por dónde la estaban metiendo. Y aunque esperaba que no fuera así, se imaginaba lo peor, no tenía idea de lo que estaba por pasar y no entendía por qué querrían llevársela. Se encontraba a merced de esa secta en aquel momento, y eso le arrancaba todas las esperanzas de poder volver con su familia.

El camino se hacía largo, o eso creía. La sensación de estar vendada le daba la impresión de que el tiempo pasaba más lento, a pesar de que intentaba estar lo más alerta posible. La multitud seguía hablando, con varias conversaciones ocurriendo al mismo tiempo, lo que la desconcertaba. No sabía mucho de sectas, pero pensó que eran un poco más serias en su trabajo de raptar personas.

Algunos discutían sobre qué comerían, y también escuchaba chismes de personas que no conocía. Esto hizo que ella comparara la escena con hormigas obreras llevando comida a su colonia. En ese momento, se sintió como una presa, y aunque las conversaciones de la multitud eran animadas en su mayoría, ella no paraba de preguntarse por qué la querían a ella.

Ella se esforzaba por concentrarse en todas las conversaciones para obtener alguna pista, aunque le resultaba imposible. Todos parecían llevar una vida normal y no daba la impresión de que se dedicaran a secuestrar personas de la nada, como lo habían hecho con ella. Sin embargo, entre todas las voces, una destacaba, la de aquel chico que la había insultado llamándola «gusano». Tuvo una corazonada de que debía prestarle atención, pues parecía ser alguien importante.

Búscame en el agua.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora