•XI [Toxicity]

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(Temas sensibles (?)

|Axl Rose|

—¿Estuviste con quien?

Se removió incómoda, sabía lo que había sucedido con Paul, claramente no me había causado gracia por lo que yo mismo le dije a Duff que ordenara a Doug traer a Janis quien lucía apenada.

No quería parecer un controlador, tal vez ya lo era, pero ella me impulsaba a serlo, no quería a ese cretino tocándole una hebra de cabello.

—Sólo fue una plática–Se excusó.

—No soy idiota.

—Lo sé–Se acercó mientras nos apartabamos de los demás, tomó mi brazo para agregar–No hagas una escena.

Debía estar jugando.

Solté una risa airosa observando a los demás de reojo, cuando la adolescente también se dispuso a verlos la tomé yo de el brazo hasta llegar al auto, abrí la puerta, pero no subió.

—No iré contigo, estás ebrio, drogado y enojado–Vociferó.

—Tú fumaste hierba–No dijo nada–¿Asumes que te romperé los huesos? –Lanzó una mirada despectiva–Sube al auto.

—No–Se cruzó de brazos.

Y ahí iba otra vez con aquellas rabietas infantiles, lidiar con esa faceta de niña malcriada e inmadura que tenía la pelinegra era tedioso.

—Sube.

—¿Que harías si me largo y te dejo? –Inquirió, sonriente.

—No me tientes a hacerte daño.

No la tocaría ni en sueños, una de las cosas que destilaba era fragilidad, parecía una muñeca de porcelana, me enojaba aun más porque no me permitía hacerle ver todo lo que ella me estaba confundiendo con sus actitudes.

—Sobreviviré para la noche–Señaló para comenzar a correr en dirección contraria.

—¿¡En enserio!?

Puse los ojos en blanco, el chofer me observó esperando indicaciones, era un hombre mayor, de cabellos blancos.

—La dejaré correr un poco.

—Podemos seguirla en el auto si quiere–Ofreció.

—No puede ir tan lejos, no conoce New York.

Esperé unos segundos hasta que aquella silueta delgada desapareció entre las escasas personas, tomé aire soltando maldiciones para caminar en su dirección ignorando los gritos y llamados del conductor.

Dos pasos míos eran diez suyos por lo tanto con trotar la alcanzaría, llevaba tacones lo que me facilitaba todo.

Ella lucía cansada cuando junto a una desolada calle se sentó justo en la acera escondiendo su cara entre las mangas de su vestido color salmón, la nieve caía sobre ella, a su lado, en todas partes, era una escena que no dudaría en retratar si fuera pintor.

Como los libros de cuentos.

Me senté junto a la pelinegra rodando los ojos, acomodé algunos mechones rojos que me obstruían la vista hasta oír algunos sollozos.

¿Que mierda?

Malditos adolescentes disfuncionales.

—¿Dejarás de huir? –Pregunté en voz baja luego de unos segundos, ella asintió–¿Que sucede?

—No quiero regresar a Nueva Orleans.

La observé con un ápice de curiosidad.

—¿Que dices?

𝘽𝙖𝙗𝙮 𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥𝙞𝙚 ||Axl Rose||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora