ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]

Alfa bastardo

El frío de la celda le calaba los huesos. Apretó los dientes con la poca fuerza que le quedaba. Apenas estaba abriendo los ojos y el odio ya estaba comenzando a apoderarse de él, a hacerse presente, a perforar su pecho sin ningún tipo de misericordia. Ese lugar era el infierno, era un infierno que no creía merecer. Le exasperaban los gritos de los miserables que iban a parar a ese lugar. Criminales, desertores, traidores. Él no era nada de eso ¿o sí?

"Al Sótano Oscuro" fua la primera orden que dio Kyungsoo, y "Vigilado todo el tiempo" fue la segunda. Solo en la mirada de alguien como él podía haber dolor y burla al mismo tiempo; ¿Qué emoción era real y cual no? Mingyu y Jaehyun lo apresaron, Kai no opuso resistencia. ¿Qué clase de mala broma es esta? todavía le costaba creer que D.O, a quien creyó su aliado le estuviera apresando, después de todo lo que había hecho por los Oscuros, por una ciudad que no amaba, por una gente que aun después de varios años le seguía pareciendo extraña. Esto era insólito. 

—¿A quién se lo dejamos? 

Kai abrió mucho los ojos, horrorizado. Esto de verdad estaba pasando, Kyungsoo iba a elegir al verdugo que le aplicaría todos esos castigos con los cuales todos habían tenido pesadillas alguna vez, esas despiadadas condenas que le dieron fama a la Ciudad de las sombras. 

—A nadie, lo quiero lejos, y solo. Nadie se atreva a tocarle un pelo. Decidiremos su pena más tarde... es algo que debemos negociar con Era. 

—¡Qué mierda estás diciendo!

No pudo soportarlo un minuto más. Si Kyungsoo creía que él iba a aceptar su condena sin rechistar, se equivocaba. Los jóvenes guerreros oscuros lo agarraron con más firmeza, alertas, listos para atacar en caso de que el maestro del fuego se rebelara contra su castigo e hiciera las cosas difíciles. Pobres niños, pensó Kai. No tenían idea de lo que les esperaba al lado de Kyungsoo. En cierto modo, ellos también estaban condenados a ser usados y explotados por sus habilidades superiores. Lo peor que podía hacer alguien en esa ciudad de mierda era ser sobresaliente, pensaba Jongin. Era una sentencia a la explotación, y luego nada. 

Y luego esto. 

—¡Cállate! —la severidad en la mirada de Kyungsoo lo paralizó, eso era raro en ella, el conde nunca subía el tono de su voz y eso, de hecho, era algo que tenía en común con el hijo de puta de Chanyeol—. ¿Acaso no lo entiendes? —su tono de voz volvió bajar, sin dejar de sonar confiado y arrogante.

Kai entendió. Kyungsoo le estaba pidiendo tiempo, le estaba asignando el papel del chivo expiatorio. 

—¿No entiendes todo el daño que tú y Sehun hicieron a nuestros hermanos?

Luchó contra la agonía, contra la ira aplastante, sus sentimientos se hicieron un remolino tan avasallador que incluso su estómago dolió. Quiso gritar la verdad, pero su voz se ahogó a mitad de la garganta ¿Alguien le creería?, o más bien, ¿alguien lo defendería? 

—Yo robé las piedras que ahora le dieron el poder incalculable a tu nueva élite de arcángeles—susurró. 

La expresión del conde otra vez se hizo difícil de decifrar. Se acercó a él sin miedo, pese a que el cuerpo del ex alfa había comenzado a emanar el calor abrasante de una estufa. Kyungsoo no parecía temerle, al contrario, Kai pareció distinguir excitación en su mirada, acercó sus labios carnosos a su oído para susurrar lo que hizo literalmente bullir la sangre de Kai en sus venas.

—No sé de que estás hablando. 

Entendió que nadie se pondría de su lado y que, de un modo u otro, todos estaban confabulando contra él. Había que culpar a alguien para seguir fingiendo paz con los eritas y quién mejor que Jongin, él era el candidato perfecto, no pertenecía a Era, pero tampoco se sentía parte de la Ciudad de las sombras; era solo un alma errante y deseosa de placeres, servidor rebelde, hijo del fuego y bendecido con un poder que solo sabía desaprovechar. Era el candidato perfecto.