ᕙ⁠(͡⁠°⁠‿⁠ ͡⁠°⁠)⁠ᕗ Petite ᕙ⁠(͡⁠°⁠‿⁠ ͡⁠°⁠)⁠ᕗ

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Fue levantado bruscamente del suelo y el estadounidense lo obligó a ponerse de cara contra los lockers del vestidor. El de mayor estatura sostuvo la cadera del joven quien parecía estar apunto de desfallecer.

— Are you ready, kiddo? — dijo Matt mientras pellizcaba con suavidad la piel tersa y sudorosa del chico.

— N-No…— exaltado respondió Diego —

— Whatever…you going to enjoy it 

— No más…no más…no puedo más — pedía pero sus súplicas fueron calladas al sentir el miembro resbaloso del otro futbolista peligrosamente cerca de penetrarlo— ¡Ehh! ¿acaso eso es…? — 

— Just relax, honey — le aconsejó al menor, como si fuera cualquier cosa, y de un impulso se introdujo totalmente.

— ¡AH!…— el joven se quejó al mismo tiempo que intentaba tomar aire.

El tamaño del pene de Matt no se comparaba en nada con el tamaño de sus dedos. 

La preparación anterior no había sido suficiente para dilatarlo y dolía como si lo fuera a romper en dos. 

Cuando por fin toda la longitud del otro hombre estuvo dentro este soltó un gruñido, se sentía tan cálido y suave. Las paredes del joven lo apretaban de una manera deliciosa. Era el paraíso.

Sin aviso previo la cadera del joven fue obligada a moverse en un vaivén lento y tortuoso, por momentos sintiendo dolor y otros un cosquilleo electrizante que invadía todo su cuerpo.

— That's it, take it all — graznó el futbolista mayor, mientras envolvía con una mano alrededor del cuello color canela empapado en sudor y lo apretaba con ligereza. 

Diego ahogó un aullido, la mano de su rival abarcaba casi todo su cuello. Fue una sensación inusual e incluso…¿estimulante? Carajo, se estaba volviendo loco.

En su mente el chico no dejaba de pensar que ésta era la primera vez que estaba teniendo sexo con otro hombre e inevitablemente se ruborizó.

Se maldijo por empezar a disfrutar del doloroso placer que estaba sintiendo. Hubiera deseado a alguien más en su lugar. Quizá a Edson, Ángel…o incluso un cierto portero de rizos y mayor que él… ¿Qué tal los tres al mismo tiempo? 

Al pensar todo eso, en lo pecaminoso y mal que estaría,le hizo sentir que se vendría en cualquier momento.

El estadounidense fue “suave” por un par de minutos pero no duró mucho, aumentó su ritmo paulatinamente hasta hacerlo de una forma implacable. A tal punto que hizo soltar gemidos y gruñidos de éxtasis a ambos. Las pieles de ambos emitían un sonido vulgar al chocar entre ellas.

“Es una puta bestia” pensó Diego para sí . No sabía si aguantaría la fuerza con la que el hombre de mayor estatura arremetía contra su pequeño cuerpo.

Probablemente de no ser por los entrenamientos que debía llevar para estar en condición ya se hubiera desmayado o se le hubiera dislocado la cadera. 
Aunque una cosa era segura: caminaría de una forma ridícula saliendo de ahí,si es que se lograba parar para empezar.

En cuanto a que estaba siendo sutilmente ahorcado,era seguro que marcas le quedarían por un par de días ¿y lo más vergonzoso? empezaba a gustarle.

Cuando menos lo esperó una sensación de calidez en su interior se hizo presente y fue asfixiado con algo de fuerza. ¿Era acaso que…

No le dio tiempo de pensar pues fue apegado al cuerpo del extranjero que gimió al correrse.