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Brock。

El taxista me confirma el viaje. Según la aplicación estará llegando en veinte minutos. Estoy cabreadísima. Sé que no es culpa de nadie que Isis se haya dormido, pero igual me frustra. Cuando digo que mi hija tiene el sueño pesado, me refiero a que puedo tirarle un vaso con agua en la cara ¡y no se inmuta! Lo del vaso fue una medida desesperada, Isis no se despertaba y sí que lo intenté, y entré en pánico. Solo queda esperar que la falta de sueño la despierte, esto puede ocurrir ahora mismo o a las seis de la tarde, lo que equivale a que no se duerma hasta bien avanzada en la madrugada. Eso significa que las dos despertaremos mañana agotadas por el sueño. Llevo cinco años cuidando que Isis no duerma siestas por este motivo.

El entrevistador pregunta:

—Mats —Mats... Mats se llama esa cosa—, ¿cómo has llegado a alcanzar los miles de millones que posees que, bueno, ya todos conocemos la cifra?

—Bueno, mi trabajo no es barato. El cliente paga en una sola cuota a cambio de calidad, cada monto equivale al salario promedio de una sola persona, y tengo un cliente diario cada día. Como sabes, también cuento con veinte locales, los cuales arriendo. Son locales grandes, como este, algunos más grandes, donde pueden arrendarlo perfectamente seis personas y cada uno instalarse con una tienda propia. Y también tengo mis clubs. Son 13 en total.

Escucho que el entrevistador avisa que la entrevista está por terminar. Me estoy enterando que el maldito señor Larson también es tatuador. ¡Y trabaja aquí!

—Una pregunta bonus track, para el placer de tus admiradoras —está diciendo el entrevistador—: Se te ha visto en algunas ocasiones en compañía de una linda mujer ¿será que Mats, el siete veces ganador a tatuador del año, ya tiene novia?

Lo veo reírse incómodo. ¿Y quién no? ¡Qué mal gusto el de las personas hacer preguntas íntimas!

—Nos estamos recién conociendo, Jimmy.

<<Nos estamos recién conociendo>> es el término para engañar a los oyentes y librarse así de mencionar a esta chica, decir su nombre y hablar cualquier cosa referente a ella. No conozco a Mats, pero conozco a los hombres, cuando no quieren algo serio contigo, hacen eso, te ocultan del público.

—¿Y qué pasa con tu... pasión? No esta pasión de tatuar, tu otra pasión. ¿Con esas fiestas de otro nivel que organizas?

—Todavía van —contesta Mats con naturalidad, casi nada le faltó decir <<qué pregunta tan estúpida, Jimmy, solo es una mujer con la que me veo cuando tengo ganas de ya sabes qué, ¿cómo puedes pensar que ella, ELLA, va a cambiar esta vida que tanto me gusta vivir?—, eso no se va a acabar nunca. Quien salga conmigo tiene que entender que hay cosas a las que no voy a renunciar. Si aun así quiere estar conmigo, divirtámonos juntos. —Y como se trata de la mejor idea del mundo, sonríe para dale énfasis a su creencia de diversión.

El silbido de unos pajaritos me avisa que tengo un mensaje. Me lo saco del bolsillo trasero del pantalón. ¡Es un mensaje de Dante! Pensé que no recibiría respuesta de él hasta la noche o mañana. Me hace tan feliz ver que tengo un mensaje de él. Le contestaré en la noche, ahora no hay privacidad. En seguida me llega una notificación de la aplicación donde me dice que el taxi llegó.

Ahora lo difícil: cargar (arrastrar) a Isis hasta el taxi. Le tomo su cabeza para sacar mis piernas de debajo y la dejo apoyada en el sofá. Primero me cuelgo mi bolso sobre los hombros para enfocarme únicamente en no tirar a mi hija aun cuando las fuerzas físicas me abandonen. Voy hasta la puerta principal para dejarla abierta y aprovecho de buscar el taxi. Al volverme por mi niña, veo a Mats metiendo sus brazos debajo del cuerpo de Isis. La levanta como si no le costara. No paso por alto el cuidado que está haciendo para acomodar su cuerpito entre sus brazos. Dirige los ojos hacia mí y me pregunta si el taxi llegó.

Debo calmarme o gritaré. Le gritaré a él. Le contesto con un movimiento afirmativo con la cabeza. Cada vez que alguien me ayuda con Isis, debo tener una conversación conmigo en donde me explico que no soy la inútil que creo por no haber sido yo quien se ocupó de mi propia hija.

No te la puedes, Brock, no eres inútil por eso, ni mala madre. Es físicamente imposible que puedas cargar a tu hija tanto por su estatura como por su peso.

Salgo yo primero y abro la puerta trasera del taxi. Mats está mirando el interior, pensando cómo acomodar a Isis. Le digo <<siéntala>>, con un tono de sugerencia. Él obedece. Me subo al otro lado y atraigo la cabeza de Isis hacia mis piernas. Cierro mi puerta.

—De nada —me molesta Mats agarrando la puerta para cerrarla.

—Yo no te pedí ayuda —le recuerdo.

Mats me dirige una mirada rencorosa mientras aprieta con rabia la mandíbula. Cierra la puerta (con algo de rabia) y se aleja antes de que podamos hacer contacto visual por la ventana cerrada.

—¿A dónde? —pregunta amablemente el taxista mirándome por el retrovisor.

—Derecho. Solo dos calles. 

 

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Sol en invierno - Pronto se irá a BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora