Desde las gradas.

Tres chicos

Siempre he sido muy bueno en muchas cosas, principalmente tratando con personas, el arte me va de maravilla. Desde pequeño he sido alguien de letras, deseaba abrasivamente crear mis propios superhéroes y llegar al corazón de las personas, pero cuando entré en la adolescencia encontré algo más efectivo, encontré el romance y si es trágico aún más- sin duda los que lo leen son masoquistas.

Aun que escribir me apasiona nunca me atreví a publicar mis escritos por algunas razones:

Uno: No me considero lo suficientemente bueno.

Dos: Me aterra que alguien que me conozca lo lea.

Si te preguntas porque le tengo miedo a que me reconozcan, es obvio, soy un chico, un chico lo suficiente popular para que mi reputación quede por el suelo si se sabe que soy “un cursi escritor de romance”, me pasan escalofríos  de solo imaginarlo, seguro piensas que soy algo dramático sobre el tema, pero es que no te he comentado un pequeño detalle. Verán, cuando apenas comenzaba la secundaria descubrí algo llamado Boy Love, lo que tal vez ya sepas es romance entre hombres y se ganó mi atención – debo aclarar que soy hetero, pero no mucho- ya que este detalle les daba más empuje a las tramas y debo aceptar me que me atrapo.

Desde entonces he estado escribiendo mis historias con tramas BL, pero solo para mí, por eso creo que realmente no seria bien visto, digo, no soy el chico más llamativo- de buen modo, claro está-pero llego a ser tomado como alguien atlético, inteligente, y educado, si, educado, todo lo contrario a él, una de las razones por la cuales estoy convencido que mi plan de abrirme como escritor en la preparatoria no va a suceder, bueno, en el fondo sé que soy un cobarde y no quiero hacerlo, pero “el” es uno de muchos que estoy seguro no valorarían mi trabajo, seguro y se burlaría, hasta esparciría rumores.

Mi llegada la primera semana fue exitosa, y claro como el atlético-cobarde-que soy elegí el equipo de basquetbol en vez del club de literatura que me llamaba a gritos, pero no puedo negarlo, también amo los deporte, y cual mejor para callarle la boca a las vigas que se hacen llamar personas que el basquetbol. Ha diferencia de mi entrada a la preparatoria, mi llegada al equipo no fue el mejor, por “él”hoy fue un día tedioso.

(…)

-Hola, mi nombre es Liam Jamson- extiendo mi mano a el chico por cortesía, pero el parecer no es muy educado, o al menos eso me dio a pensar en cuando quedo extrañado por mi gesto- acabo de ingresar.
-Ha, los de primer año van del otro lado de la cancha novato- dice en un tono irritado.

-bueno yo- no puedo terminar la frase cuando ya se ha volteado a hablar con otro chico.

¿Qué le pasa a ese tipo?, ni que fuera el capitán o algo por el estilo, y sé que no voy a quedar mal y que termine siéndolo porque hice mi tarea e investigué. Como resultado encontré que el capitán es nada más y nada menos que el hombre perfecto; el mejor de tercer año, ha sido capitán desde primer año-algo que casi nunca pasa-, es tranquilo y ¡LE GUSTA LEER!, díganme que no es perfecto, no tendré que llorar literatura porque tengo el modelo perfecto para una historia y sea como sea me hare su amigo, no me importa qué, pero ese chico no me va a arruinar el día.

-No entendiste, es que no sabes castellano- una voz me saca de los pensamientos, es ese chico otra vez- vete para allá novato.

-Disculpa-le digo con una sonrisa algo falsa- ya mismo voy.

Dios, que molesto, me pregunto cómo lo soportan, yo por lo personal lo acabo de conocer y ya lo detesto.

Siento como unos pasos se escuchan en mi dirección y volteo a ver quién es, esperando que sea alguien más agradable y sin duda lo es; alto, hombros anchos, una cara masculina que desborda confianza junto a esos ojos color café claro, justo como me gusta-el café-y ese cabello castaño oscuro bien arreglado con un par de mechones que le caen en la frente, es el capitán.