Capítulo 2

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Peter

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Peter.
Bajé las escaleras con pasos tranquilos después de una relajante ducha, una parte de mi lo hacía para disfrutar un poco más la serena aura de la mañana y otra lo hacía porque estaba agotada después de los actos heroicos del hombre araña la noche anterior.
Había sido fácil enfrentarme a los delincuentes, pero fueron escurridizos y eran tantos que atraparlos a todos me había tomado más tiempo del que creí.

Había llegado más tarde de lo planeado.

Me dirigí a la cocina y coloqué la cafetera, saqué unos panes del empaque y los puse en la tostadora, fui hasta el refrigerador a buscar la mantequilla y al no encontrarla, me alcé a los anaqueles a buscar la mermelada.

Y esa discusión con May, me sentía completamente culpable por ello, me había reclamado preocupada por la tardanza y se que tenía razón, pero estaba frustrado, y no era su culpa estar aquí para mi.
Me estaba dando más de lo que merecía.

No había sido una pelea fuerte, solo reclamos de su parte y evasiones de la mía, lo recordaba con total claridad.

"-No puedes hacerme esto, tenerme aquí, esperando a mi sobrino que prometió llegar rápido y pasaron horas- replicó molesta -y no eres capaz de decirme dónde estabas-

-Se me hizo tarde...- me giré para no verla mientras le mentía.

-Ni siquiera tuviste el tacto de llamarme para avisar-

Resoplé sin saber que decir.

-Lo siento tía, no volverá a pasar- respondí exasperado.

-Ya he escuchado esto de tu parte antes, jovencito- se cruzó de brazos dispuesta a no aceptar ninguna réplica -te quiero aquí a partir de las ocho, o antes de que se oculte el sol-

-Tía no puedo...- mordí mi lengua antes de decir algo comprometedor y agregué rapidamente -simplemente no puedo-

-No puedes- repitió con desconfianza y me vio con esos ojos heridos -¿crees que no se que te sales a mitad de la noche?-

Sentí un hueco en el corazón, sabía que lo descubriría algún día, pero no tan pronto, ¿había pasado cada noche con esa angustia?, ¿angustia que yo le provocaba?

-Tía...-

-¿A dónde vas, Peter?- su voz se quebró y sabía que imaginaba lo peor -¿qué es lo que haces?-

-Salgo a caminar- respondí rápida y torpemente -este lugar me asfixia-

Hizo una mueca, le había herido más de lo que creí, llevó una mano a su boca y me dio la espalda.

-¿Yo te asfixio?- no necesitaba verlo, sabía que estaba llorando.

Negué con mi cabeza aunque no pudiera verlo, limpie algunas lagrimas que también estaban en mis mejillas.

TASM: A las sombras de Nueva York (Andrew Garfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora