Alejandro.
-¿Dejaste a Melissa en su casa?
-No señor.
-¿Cómo dices? -pregunta irritado- te ordené que la dejarás en su casa apenas saliera de la conferencia.
-Lo sé, Señor, pero ella salió con su amigo, el Sr William, él me dijo que la llevaría al apartamento -tartamudea.
-Maldición, debería correrte, Pablo.
-Mil disculpas, Sr Alejandro, pensé que el Sr Dawson era su amigo, él me dijo que se arreglaría con Ud -frota las manos frenéticamente.
-William es mi mejor amigo, pero no lo quiero cerca de ella, de ella no.No quiero que la contamine con toda su mierda. Voy a hacer lo que mi padre nunca hizo, protegerla.
☆☆☆
William.
Ella, prometí no volver acercarme a ella, pero es imposible, lo intenté, ese día que la vi en la oficina de Alejandro, la ignoré, me sentí triunfal, volvía a tener el control aunque fue solo por unos minutos, al ver el dolor en sus ojos, me sentí como la mierda que siempre he sido.
Apenas entré al auditorio, su melena negra me llamaba, me encanta su cabello negro, ni comparación al rubio de aquella. La salude y me iba a retirar, cuando me dio la excusa perfecta para tenerla cerca por más tiempo, me ofendió, pero bien merecido lo tuve.
-¿A dónde vamos? -su voz interrumpe el torbellino de pensamientos que habitan en mi cabeza.
-¿Dónde quieres ir?
-No me respondas con otra pregunta.
-¿Quieres ir a mi casa? -espero que diga que sí, quiero reparar lo que he hecho.
-A tu casa, mmm, está bien -reponde y la felicidad corre por mis venas, me apresuro a llegar.Al entrar a la parcela, su boca cae abierta, y sus ojos están como platos, aún con ese gesto es hermosa. Vivo retirado de la ciudad, en un cerro, desde donde veo la ciudad al horizonte. Es una parcela grande, la casa de 2 pisos está en medio, la rodea un jardín de varias hectáreas, con piscina y una tumbona al lado de ésta, donde pienso acomodarme con ella.
-Esto es una mansión -dice animada.
-Es una casa normal, ¿tienes hambre?
-No evadas el tema, esta casa sólo la he visto en revistas de arquitectura, es hermosa.
-No tanto como tú -se me escapan esas palabras.Ella agacha la cabeza sonrojandose, y no me arrepiento de decirlo, en verdad es preciosa, una diosa, mi diosa. Que estupideces estoy diciendo.
-Ven, vamos a conocer la casa -le digo tratando de cambiar el tema.
Por cada habitación que ve, sus ojos brillan, y cuando ve el piano, corre a sentarse.
-¿Tocas? -pregunta eufórica.
-No, lo tengo por lujo, no es lo mío. ¿Y tu?
-Tampoco es lo mío, pero siempre he deseado aprender e interpretar las canciones de Arjona.
-¿Arjona? No me digas que te gusta ese bohemio loco.
Me dirige una mirada, que si mataran, estaría metros bajo tierra.
-No te atrevas a hablar mal de él en mi presencia, me encanta su música y personalidad, yo también soy bohemia y loca -comenta seriamente.
-No me gusta su música, pero acabo de descubrir tu punto débil, ¿asi que bohemia y loca?
-Sí, bohemia.
-Entonces te gustará lo que tengo preparado para ti, vamos al jardín.Cuando llegamos, le pido que se siente en la tumbona, hay una vista perfecta desde aquí, la tumbona es cómoda, hay cojines y cobijas, además de cortinas transparentes que le dan un aire... romántico.
-Me gusta este sitio, gracias -pronuncia tirándose en los cojines- estoy cansada.
-Yo te quitaré ese cansancio, ponte cómoda, traeré algo de beber.Me apuro a la cocina, sacando una botella de vino blanco y unas fresas.
Me quito el saco, aflojo la corbata y desencajo mi camisa. La encuentro también sin saco, con el cabello derramado en la almohada, sin zapatos y hecha un ovillo.-Melissa, aquí estoy.
-Tardaste mucho, ven aquí -con esa palabra termina de derrumbar mi barrera.
Subo a su lado y le doy el vino.
-Traje fresas, espero te gusten.
-Me encantan -dice metiéndose una fresa en la boca, es una diosa de la provocación.Tomamos y comemos mientras un silencio se extiende entre nosotros.
-Will, digo William, ¿por qué me ignoraste ayer? -rompe el silencio.
-¿Will? Me gusta, déjalo así.
-Deja siempre de cambiar el tema y respondeme.
-Es difícil de explicar, Alejandro es mi amigo, no creo que le hubiese gustado que su trabajadora hablara conmigo cuando debía conocerlo a él primero -respondo lo primero que se me ocurre.
No se lo cree, pero calla.
-Will, tú me has ignorado varias veces y luego me tratas bien como ahora, me confundes -junta las cejas, esa es la pregunta que no quería, pero tengo que ser sincero con ella.
-Melissa, eres hermosa, y la hemos pasado bien, pero tu y yo, no pegamos, mi pasado no me permite esto.
-Siempre hablas de tu pasado, todos tenemos un pasado, así que... porque no te relajas conmigo -dice mientras me hala por la corbata y me besa, correspondo a su beso y la siento a horcajadas sobre mí, me encanta que tome el control, siempre lo tomo yo, y que ella lo haga es digno de admirar, no le tiene pena a nada, empieza a desabrochar mi camisa y mi pasado retumba en mi cabeza.
-Lo siento, Melissa, esto no puede pasar -me separo levantándome.
-¿Cómo que no? ¿Es que cuando tu quieres es que puede pasar? -dice poniendose a mi lado.
-No es eso, Melissa, es que no puedo hacerte esto, vamos, te llevaré a casa.
-Eres un tonto, William Dawson, siempre es lo mismo, estamos bien y tu sales con que no puedes y te vas, siempre esacapas -grita enojada- la vida es para vivirla, la vida es un juego. Esas palabras me matan.
-No vuelvas a decir eso, no lo digas nunca más.
-William, hagamos algo, sabemos que hay atracción entre nosotros, así que vamos a conocernos, una apuesta, si logro conquistarte me cuentas tu secreto, si no, seguirás con tu vida y tu pasado, ¿qué te parece?Sentí que todo el pedestal en el que la tenía se había derrumbado con esas palabras, que decepción.
-Una apuesta, ¿Eso es lo que soy para ti? -pregunto entre enojado y triste- Melissa, toda mi vida ha sido una apuesta, donde la gente quiere manejarme a su antojo, como un juego de cartas, no lo esperaba de ti, creí que eras diferente.
-Will, yo... solo quiero conocerte -dice mientras toca mi brazo, la aparto bruscamente.
-Eres igual a todas, nunca debí confiar en ti. Eres una manipuladora, te gusta jugar y apostar, eres igual a ella.
-¿A quién? ¿De qué hablas?
-Vete de mi casa -le ordeno de espaldas y siento las lágrimas correr por mis mejillas, hace mucho que no lloro.
-Me iré, pero no porque me corras de tu casa, sino porque eres un ermitaño que no ha superado su pasado, ¿crees que eres el único con problemas? Te equivocas.Recoje sus zapatos y bolso, y se va dándole un portazo a la puerta.
Me arrastro hasta el suelo, dejando correr las lágrimas, me lastimó, igual que aquella, pero me dolió mucho más porque me enamoré de ella, de Melissa, y te duele cuando quieres, sus palabras me atravesaron el alma,ella las dijo, ella, la que tiene mi corazón y lo rompió, ella me decepcionó. Ella, mi diosa. Soy una apuesta para ella.
¿En qué se irá? Es tarde. A pesar de todo, me sigo preocupando por ella.
Que imbécil.Hola, diosas y dioses, gracias por todo el apoyo.
Quiero que se hagan una idea de los personajes principales.
William Dawson es Drew Van Acker.
Melissa Berrocal es Lucy Hale.
Espero les guste, comenten cualquier duda.
Los quiero.
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Giros Inesperados
Teen FictionLa vida de Melissa, una chica de 20 años, becada en ingeniería civil y arquitectura toma un giro inesperado cuando recibe una carta para realizar pasantías en una de las mejores empresas del país, a causa de su excelente desempeño académico o eso cr...