Porcelana Rota, Pegada de Nuevo

Parte Única

Notas de la Autora:

ADVERTENCIAS DE CONTENIDO:

Habrá menciones de gritos y celos a lo largo de este fic, junto con descripciones de golpes de puño. Hay dos secciones que tienen la historia de fondo, que se discutirá el * abuso y la violencia doméstica. Si no quieres leer eso, puedes omitir la sección que comienza con "Lan Wangji no tuvo muchos amigos..." y termina con "Pero Lan Wangji sabía que no debía tener esperanzas". También hay un momento en el que lwj le explica a wwx lo que pasó con su ex. Siéntete libre de omitirlo también si lo deseas. Comienza con ""No", Lan Wangji interrumpió" hasta "Wei Wuxian se quedó en silencio...".

Empecé a escribir esta historia mientras trabajaba en mi propio trauma de estar en una relación abusiva y un evento significativo que me duele hasta el día de hoy. Escribir la historia de Lan Wangji acabó siendo realmente catártico para mí, y escribir su proceso de curación me dio esperanzas de días mejores. Doy las gracias a la persona anónima que pidió este texto. Me ayudó mucho.

Quiero señalar que cada persona tiene un viaje diferente a través del trauma, y la historia que escribí es una historia de esperanza. Reconozco que este no es el viaje de todos, es solo uno de los muchos que escribí. -  wayward_wing

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Lan Wangji practicó sus ejercicios de respiración mientras cruzaba las puertas de su nuevo lugar de trabajo. Era su primer día en un trabajo nuevo, en una ciudad nueva y con gente nueva. Era aterrador y abrumador.

"Considéralo un nuevo comienzo", le dijo por teléfono su hermano. "Lo necesitas. Te lo mereces".

El mantra de sus palabras corría por su mente como una plegaria.

Lan Wangji tocaba para una orquesta municipal, en una ciudad muy lejana. Tras su última actuación, se le acercó una mujer llamada Wen Qing, directora de una organización sin fines de lucro dedicada a llevar la música a escuelas y comunidades que no podían permitírselo. Ella creyó que él era la persona perfecta para dirigir su equipo de proyectos comunitarios, ya que también conocía las clases de música que impartía gratuitamente en los orfanatos y el centro comunitario.

A Lan Wangji le gustó mucho la idea, pero dudó en aceptar la oferta. Vivía en esta ciudad desde siempre, y ahí permanecía su familia. Además, su vida seguía siendo un caos. Poco a poco iba recogiendo los pedazos, pero todavía quedaban fragmentos destrozados por todas partes.

Sin embargo, su hermano lo había animado a aceptar, pensando que era el último empujón que necesitaba para dejar atrás su pasado y empezar de nuevo. Lan Wangji quería creerle, pero era escéptico. Ahora siempre lo era. A pesar de todo, aceptó la oferta de Wen Qing y se trasladó a una ciudad más pequeña un mes después.

Y ahora estaba en el vestíbulo, con el estómago revuelto y la mente frenética. Estaba a punto de darse vuelta y regresar a su apartamento para dar parte de enfermo cuando un hombre detrás del mostrador lo llamó.

"Perdón", le dijo con voz suave y amable. Tal vez se dio cuenta de la ansiedad de Lan Wangji. "¿Necesitas ayuda?"

Lan Wangji tenía la boca seca. "Sí", balbuceó. Se aclaró la garganta y volvió a intentarlo. "Me llamo Lan Wangji. Soy el nuevo empleado".

"¡Oh!", exclamó el hombre, y se le iluminó la cara. "Jie me dijo que vendrías. Siéntate, voy a llamarla".

Lan Wangji asintió y tomó asiento en una de las grandes sillas de colores. Apoyó una mano en la rodilla para evitar que la pierna rebotara. El ascensor tintineó y vio salir a Wen Qing.

"Lan Wangji, bienvenido", le dijo, tendiéndole la mano en señal de saludo.

Lan Wangji se quedó mirando la mano. Sabía que, lógicamente, era un simple apretón de manos, una forma de saludarse cortésmente, un breve roce de manos y se acabó. Pero su mente ya no funcionaba con lógica.