IV

257 35 7
                                    

Después de ese suceso, siguieron noches en las que la pareja no salía de la habitación hasta la mañana siguiente. El matrimonio decidía tomar el proceso como una manera clara y honesta de reafirmar su amor, por lo que todas las noches lo hacían, porque lo disfrutaban como la primera vez. Además, el anhelo por ver su deseo hecho realidad los motivaba a seguir intentando las veces que fuera necesario.

Durante los primeros tres meses de intentarlo... 

No hubo resultados

La decepción era evidente en Jiang Cheng, sin embargo Lan Xichen lo alentaba a no darse por vencido, suponiendo que posiblemente dependía de trabajar arduamente para que una vida creciera dentro de Wanyin. Confiando plenamente en las palabras de su esposo, Jiang Cheng se alentó a seguir intentándolo. 

Después de dos meses de incesantes negativas por parte del sanador principal, sobre que Wanyin estuviera en cinta; el destino les sonrió e hizo uno de sus mayores deseos realidad. 

Lan Huan recordaba como aquel día, mientras atendía los asuntos del reino en su estudio; un sirviente entraba a toda velocidad a la habitación con la reparación agitada y un rostro alarmado.

- ¿Qué sucede Lan Suyin? – cuestionó Xichen no evitando dejar de lado las formalidades, puesto que el rostro del joven reflejaba que su agitación se trataba de un asunto urgente.

- Se trata del consorte Lan, Joven Príncipe – explicó el joven en la puerta, 'Algo había sucedido con A-Cheng' tal pensamiento comenzó a invadir de preocupación su pecho. 

- ¿Qué sucede con mi consorte, Suyin? – preguntó apretando los puños en espera de recibir una respuesta rápida.

- El joven consorte no ha salido de su habitación, mucho menos ha querido comer, a pesar de que las cocineras se han encargado de llevarle comida hasta la habitación - explicaba Suyin mientras entrelazaba nerviosamente sus manos - intentamos preguntarle que si se encontraba mal, nos permitiera llevar al sanador hasta la habitación para que lo revisara. Sin embrago, el joven consorte se negó, y no ha permitido que nadie entre a verlo - expuso el joven dando un suspiro para recomponerse. 

- Por lo que las cocineras me han enviado hasta usted para pedirle su ayuda, y pueda convencer al Joven Consorte de permitir que lo revise un sanador – Confesó Suyin suplicando con la mirada hacia el príncipe.

'Así que era eso' pensó Lan Xichen permitiéndose respirar por un momento. Era un hecho que Wanyin solía ser un poco mezquino por permitir que lo revisaran, o incluso dejar que extraños entraran a su habitación. Por otra parte, se sentía algo inquieto, últimamente Jiang Cheng ya no había querido compartir intimidad con él, e incluso su humor se había vuelto más irritable de lo normal. 

De esa forma, Xichen se tomó su tiempo para acomodar los papeles que había dejado caer por el sobresalto provocado por el joven Suyin. Sin más se dirigió a los aposentos en donde aguardaba Wanyin. Previo a su llegada, seguro de sus sospechas, Xichen habría solicitado la presencia de un sanador para que revisara a su consorte. 

Antes de entrar a aquella habitación, sin poder frenar su curiosidad, acercó un oído a la puerta para asesorarse de que Jiang Chen siguiera despierto, o simplemente, como en los últimos días, habría decidido dormir después de una disputa verbal. Sin embargo, todo parecía normal hasta que escuchó sonidos dentro de la habitación, después algo de agua caer, y finalmente, la voz de su amado maldiciendo en tono bajo. Su sonrisa se hizo evidente, ese era Wanyin perdiendo la paciencia y comenzando a maldecir elaboradamente todo aquello que lo molestaba. 

Escuchó como los pasos de Jiang Cheng se dirigían nuevamente a la cama que compartían; así que antes de que el menor llegara a su lecho, Xichen decidió a tocar la puerta, y de nuevo el sonido de los pasos se hizo presente, pero esta vez con más fuerza hasta que la puerta fue abierta de golpe y de ella salía un Jiang Cheng molesto 'Realmente molesto' pensó Xichen tratando de resguardar la sonrisa que amenazaba con dibujarse en su rostro. 

Hé Yuán [Xicheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora