Capítulo 48

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Stephen's Pov

Observé el lugar en ruinas, teniendo un mal presentimiento desde que había llegado. Todo estaba tan en silencio que asustaba.

Junté las manos a mi pecho y con un movimiento visualicé si había alguien alrededor, pero estaba completamente solo. Cualquier ilusión se habría desvanecido ante el hechizo.

Probablemente ya sabría que estaba allí, no lo consideraba tan idiota.

Pero sin duda, había sido un error meterse con Avril. Demasiadas advertencias había tenido por mi parte. Esa vez no tendría miramientos.

Entré intentando no hacer mucho ruido, con pasos firmes a pesar de ello. Recorrí las estancias del edificio deteriorado, expectante.

—Sé que estás aquí. Da la cara —dije en voz alta.

—No te esperaba tan pronto —sonó su voz desde todos los rincones, formando eco.

—Es de mala educación llegar tarde y hacer esperar —contesté irónicamente, mirando a mi alrededor. Nada a la vista. Deseé poder tener un poco de la percepción de Avril en esos momentos.

Oí su risa a la vez que la estancia se tornaba un poco más clara a mi vista. Apareció en el umbral de la puerta de enfrente. No pude dejar pasar el detalle de que estaba lo suficientemente lejos como para que pudiera anticipar mis movimientos con el tiempo suficiente para actuar. Precavido, si hubiera estado más cerca ya le habría partido la cara.

—¿Dónde está?

—¿Quién?

—Sabes de quién hablo, no te hagas el estúpido —dije apretando los dientes.

—¡Vale, tranquilo! —rió alzando las manos en gesto de paz—. Solo estaba jugando un poco. ¡Hombre de poca paciencia! No cambiarás nunca eh —negó con la cabeza y al ver mi expresión dejó de lado las bromas, contestando al fin—. ¡Está estupenda! La he dejado echándose una siesta mientras venía a recibir tu visita —sonrió, pero no como lo solía hacer. Aquella sonrisa producía escalofríos, parecía casi macabra. Sentí como la sangre me hervía bajo la piel. 

—Como le haya pasado algo... De esta no sales, Mordo —mi voz, a pesar de mi enojo, salió en un tono helado como el hielo.

—¿Es una amenaza? —preguntó burlón.

Junté mis manos, creando ondas y depositándolas frente a mí, colocándome en posición de ataque.

—Es un hecho.

—Así que tú también quieres jugar, ¿eh? —en su mano apareció su característico bastón que usaba para entrenar conmigo hace algún tiempo. Tanto habían cambiado las cosas, que parecía increíble que nos estuviéramos viendo en esa situación—. Pues que empiece el juego, Strange.

No lo pensé mucho más y me lancé en batalla. Sabía que solo podía quedar uno de los dos. Y estaba dispuesto a arriesgarlo todo para que ella estuviera bien.

Hacía un rato que la sensación que sentía en mi pecho había disminuido, aunque la marca siguiera brillando con la misma intensidad. Solo esperaba que no fuera demasiado tarde. Aunque para llegar a ella debía quitarme de encima al hechicero.

Esquivé sus ataques, así como le lanzaba todos los hechizos que sabía. Jugaría todas mis cartas y me aseguraría de llegar hasta el final.

—No tienes oportunidad, Strange —intentó golpearme con el bastón, pero la Capa de Levitación interceptó el golpe y lo hizo retroceder—. No vale la pena esforzarte tanto. Ya prácticamente está hecho.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora