Lisa le había dado una oportunidad a Rosé y llevaban semanas haciendo cosas juntas. Por suerte para Lisa, Jennie estaba casi desaparecida. No le agradaba la idea de que su mejor amiga apenas diese señales de vida, pero aún le gustaba menos cómo se había comportado como consecuencia del acercamiento entre Rosé y ella. Aunque no era con eso con lo que soñaba cada noche. Cada maldita noche soñaba una y otra vez con esa sonrisa arrebatadora. ¿Cómo era posible que nunca le hubiese sonreído así? ¿Y por qué se fijaba ahora en eso? Ella no debería de estar pensando en esas cosas. Era su amiga, la quería y no sentía ninguna atracción por ella. Y si la sintiera, que no era el caso, se dijo inmediatamente, había millones de mujeres que le ponían mucho más que ella.
Rosé había notado que Lisa estuvo algo distante al principio y consideró que podía sentirse amenazada por ello decidió no hacer preguntas y sólo esperar. Ahora parecía que ya había esperado bastante y tenía suficiente confianza para preguntar.
- Oye, ¿por qué te desaparecías tanto hace unas semanas? - se preocupó Rosé - Tengo entendido que siempre pasaban el rato con los chicos. Todos estaban muy preocupados.
- Tenía cosas que hacer. Todos nos desaparecemos de vez en cuando - afirmó Lisa.
No podía decirle que era por culpa de ella. Y ahora sonaba absurdo decir que sentía celos. Podría malinterpretarlo. Ella no sentía nada por Jennie en el sentido sexual. Eran celos de amiga. Temía perderla. Que ocupase su puesto. O lo peor, que cambiase su forma de ser y se convirtiese en una enamorada más, que ve la vida color de rosa. No aguantaría ver a su Jen así.
Rosé no entendió el desvío acertado de Lisa para cambiar de conversación y la ayudo, involuntariamente, a cambiar el hilo de la conversación.
- Ahora le tocó a Jen ¿Sabes qué le pasa? - preguntó despreocupada.
- Trabajo. No sé de qué o qué, pero me dijo que le traía de cabeza ¡No sé más! - contestó Lisa inexpresiva.
- Se me hace raro. Todos dicen que son las mejores amigas, inseparables, y nunca las he visto juntas. Es curioso.
El incesante interés de Rosé por Jennie comenzaba a irritar a Lisa.
Se había convencido de que ella no sentía nada por Rosé, pero ahora quedaba saber qué pensaba ella de Jen. Sabía que le había gustado al verla, pero no volvieron a hablar más del tema. Y si ella insistía con Jennie podría ser peligroso. Ella podía ceder. Y si no lo hacía era su deber de amiga, se dijo Lisa, quitarle los pesados de encima.
- ¿Te gusta Jen? - preguntó espontánea, con una expresión insondable. Rosé se sorprendió por tal acusación, que era como se la había tomado y se limitó a ser sincera.
- Me parece que tiene la cara de un ángel. Pero yo soy más de chicas con cuerpo de diablesa. Tú me entiendes - dijo sonriente - Es una buena chica. Es de esas que enamoran por su ingenuidad, pero no a alguien como yo. Me van las chicas malas -explicó dibujando la figura de una mujer voluptuosa con las manos.
El alivio se mezcló con la irritación en las entrañas de Lisa. Era fantástico saber que no estaba interesada y no le preocupaba que dijese que ella no era la clase de chicas en las que ella se fijaba, ya que Lisa se fijaba exactamente en el mismo tipo de exuberantes mujeres. Pero no le hizo mucha gracia saber que podía ser el blanco de hombres enamoradizos ¿Qué enamora por su ingenuidad? ¿Jen? ¡Para nada! No podía decirse tal cosa de la niña que le explicó de donde vienen los niños, con tan solo cinco años. Y con términos que escandalizarían al mayor de los vividores.
- Jen no es ninguna niñita ingenua. Aunque... - se interrumpió para soltar una carcajada- puede que en este aspecto si lo sea. Es muy inteligente y fuerte pero nada femenina. No es que no sepa la teoría - dijo soltándose más tempestuosamente en carcajadas - es que tiene cero práctica.
- Jen es demasiado orgullosa para admitir que hay algo que desconoce. Por eso evita esos temas - repuso Rosé, animando la argumentación de su amiga.
Continuaron tomándose unas cervezas y poco después salieron para finalizar la tarde juntos. Rosé tenía que recoger unos papeles de la universidad y Lisa volver a su casa. Pero ambas se quedaron en el sitio al ver a una coreana caminar distraídamente hacia ellas. Lisa la reconoció al momento y justo cuando pasaba por su lado la paró.
- ¡Hola! - dijo risueña al verla y continuó rápidamente al notar que ella proseguía el camino sin echarle la menor cuenta- Soy Lisa, amiga de Jennie. Ustedes son amigas ¿no?
- ¡Oh! La famosa Lisa – contestó Jisoo deslumbrándolas con una sonrisa - Sí, somos amigas. Me llamo Jisoo.
- Yo Lisa. Aunque ya lo dije - se recriminó por su estúpido nerviosismo - Ella es Rosé, una amiga.
- ¿Rosé? - preguntó mirándola de arriba a bajo.
- Sí - contestó sonriente - ¿Jen te ha hablado de mi?
A Lisa no le gustó nada la situación. La belleza de Jisoo desapareció de sus prioridades en el momento en el que se dio cuenta de que Jennie le había hablado de Rosé. No sabía qué le enfadaba más, si que Jennie estuviese interesada en Rosé, que le hubiese mentido, o que tuviese más confianza con aquella chica, como para contarle esas cosas ¿Acudiría a ella para hablar de los hombres? ¿Habría muchos más de los que ella habría escuchado hablar? Y ¿por qué demonios no le contaba a ella?, se preguntó irritada una vez más.
- Jen me habla de todos sus amigos - explicó Jisoo intentando disimular, con bastante éxito, su nerviosismo.
- ¡Oh, vaya! Me había hecho ilusiones - bromeó Rosé muy sonriente.
- Claro - ¡Como todos! se dijo Jisoo - Tengo que irme. Hay mucho trabajo y como no vaya pronto Jen me mata - caminó apresurada para huir.
- ¡Espera! - le ordenó Lisa agarrándola por los brazos - ¿Trabajan juntas?
- ¡Ahm!... yo... - tragó saliva sonoramente.
- ¡Lisa! - le reprochó Rosé - ¡Estás asustándola!
- ¡Lo siento! - se disculpó soltándola suavemente.
- No importa - dijo corriendo del lugar - Tengo que irme - gritó desde la esquina.
A Lisa le pareció muy sospechoso el comportamiento de la chica. Pero no tenía motivos para preocuparse. Si era extraño que ambas pudiesen trabajar juntas. Se suponía que Jennie trabajaba cuidando niños. Y estaba claro que esa chica no se acercaría a un niño a menos que fuese el encargado de cargar las bolsas de sus compras. Pero no había nada macabro en ello. Aunque estuviesen escondiendo algo, no podía ser muy importante. Pero ¿por qué su amiga le escondía cosas? ¿Por qué confiaba en esa chica y no en ella? Se preguntó de nuevo Lisa. Comenzaba a caerle bastante mal esa tal Jisoo.
- Linda la chica - dijo Rosé sacándola de sus pensamientos - Aunque demasiado nerviosa.
- ¡Oculta algo! - condenó Lisa.
- Está claro - corroboró Rosé - ¿La seguimos? -preguntó sin darle importancia.
- Sí - respondió con gesto despreocupado. Se miraron, sonrieron y corrieron tras ella. No tardaron en adelantar el camino recorrido por Jisoo. La vieron entrar por la zona de servicio de un local, y se quedaron perplejos al ver de donde se trata. "Empire" ¿Qué hacia ella allí? Había dicho algo de Jennie. Lisa pensó al instante que iban a encontrarse pero era imposible que fuese allí donde se encontrarían. Todo aquello empezaba a ser de lo más extraño y descubriría el motivo del nerviosismo de la chica...
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Holaa volvii, este fin fue mi cumple y les traigo un nuevo capítulo como continuación del festejo jaja🎉
No se olviden de votar y comentar para actualizar más seguido💖
Trataré de darles otro capítulo pronto🤞
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Amigas Desconocidas || ᴊᴇɴʟɪꜱᴀ ||
RomanceLalisa Manoban era una chica guapa, seductora e inteligente. La mujer perfecta, que toda mujer desearía. Y lo sabía. Se había encargado personalmente de que todas ellas se lo confirmarán. No había fémina que se le resistiese. Aunque dulce y atenta c...