—¡Goooooooool de argentinaa! ¡Ha ganado el partido!— gritó eufórico el comentarista.
El arquero mexicano se congeló ante aquellas palabras, el juego había terminado y los abucheos por parte de la afición no se hicieron esperar...
—¡Portero de mierda!—
—¡Tan sencillo que es parar un jodido gol!—
—¡Cualquier otro portero lo hubiera hecho mejor!—
Guillermo debería estar acostumbrado a esos insultos, después de todo eran el pan de cada día, sin embargo no pudo contener las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos, sabía que le había fallado a su equipo, al país entero.
Salió corriendo.
No le importó que sus compañeros de equipo intentarán detenerlo, ignoró completamente los gritos, las preguntas y las miradas preocupadas, únicamente corrió.
Después de un tiempo llegó a los vestidores y se encerró en uno de los baños cercanos, las náuseas lo invadieron y desechó el contenido de su estómago en el balde de porcelana, el estrés, la ansiedad y el miedo lo invadieron, a su mente llegaron los gritos de las personas y sus miradas decepcionadas.
¿En qué momento había dejado de respirar?
Un leve susurro lo sacó de sus pensamientos devolviéndolo a tierra por un instante.
—¿Estás bien?— Una voz que en un principio no reconoció pero que... Lionel, esa voz era de Lionel.
Con una mano limpio su boca y se dispuso a hablar, dudando un poco antes de responder —s-si vienes a b-burlarte lárgate— respondió memo a palabras cortadas, aún no podía respirar del todo.
—Tus compañeros te han estado buscando, están bastante preocupados— 'y yo' pensó el argentino. —Memo, ¿puedo pasar?—
El portero tragó saliva y se levantó para abrir la puerta del cubículo. —No pasa nada, solo me cayó mal la comida...— dijo con el rostro agachado, no quería demostrar debilidad ante el de menor estatura. Aún le costaba respirar, cosa que Messi notó.
—Umm— algo nervioso siguió hablando — ¿Quieres que te lleve con el médico? Estás respirando de una manera un tanto- antes de que pudiera seguir hablando fue interrumpido por el mayor —¡No! N-no quiero ver a n-nadie— el arquero comenzó a temblar un poco.
...
El silenció reinó en aquel cubículo, siendo memo el primero en romperlo bajando la palanca del inodoro. Al intentar salir, el albiceleste lo sujetó de la muñeca.
—¿Puedo abrazarte?— cuestionó el argentino.
En estado de shock el mayor solo pudo asentir en silencio, dejando que el cuerpo más pequeño sujetara su cadera y parte de su espalda. —No te olvides de respirar...— susurró Messi desde su posición.
En ese momento, el arquero realizó que no había dejado entrar el aire suficiente a sus pulmones.
—Dentro y fuera, intenta seguir mis respiraciones— instruyó el menor. Memo intentó seguir sus instrucciones, comenzando a disfrutar el peso adicional en sus caderas.
Tras un largo tiempo, al fin pudo regular su respiración, el argentino rompió el abrazo; el mayor casi reclamaba por la pérdida de contacto, sin embargo no lo hizo y se limitó a agradecer por la ayuda —Gracias Lionel...—
—No es nada, para eso estamos los 'colegas', ¿estás mejor?—
Solo se limitó a asentir, mirando hacia abajo algo apenado, antes de que pudiera reaccionar unas cálidas manos sostuvieron su barbilla obligándolo a mirar hacía el frente
—Nunca me burlaría de ti, escuché lo que esos boludos te dijeron y permíteme aclarar que no es verdad——Yo- comenzó el mexicano
—Pero déjame terminar...— comentó divertido el argentino— Diste lo mejor de ti en esa cancha, te observé jugar y de verdad me la dejaste difícil— terminó ofreciendo una sonrisa cálida hacía el contrario.
Memo sonrió —Gracias...—
—Ahora déjame llevarte con tus compañeros antes de que me golpeen por no regresarte enseguida— dijo con algo de miedo el argentino.
—Suena cómo algo que ellos harían— comentó por lo bajo.
—Espera ¿qué?—
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Hola gente, espero que la hayan disfrutado de esta pequeña historia 😆, no olviden votarla si es que fue de su agrado. Antes de terminar, espero que tengan un buen día/tarde/noche.
—Olive
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Pánico
FanfictionTras un partido desastroso, memo necesita la ayuda de su definitivamente 'no' enamorado Messi.