CAPÍTULO 55: ALEXANDRIA

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Pasaron dos días, los salvadores prepararon varios camiones, Negan se veía emocionado.

– Eli... – lo vi y me acerqué a él, tenía la mitad de la cara desfigurada. – ¿cómo estás? ¿Qué te hizo?

– este fue el precio por haber escapado.

– ay Eli...

– estoy bien, ¿cómo estás tú? – sólo negué. – ¿qué te hizo? – apenas iba a responder cuando Negan se acercó.

– ah ah, no puedes hablarle a Eli.

– dijiste que podía hacer lo que quisiera.

– no todo lo que quisieras, Eli no puede hablar con nadie.

– ¿entonces qué hace aquí?

– te tengo una sorpresa, iremos a Alexandria por nuestras cosas.

– dijiste que no volvería a verlos.

– no, dije que no volverías con ellos. – quería golpearlo. – alégrate, verás una vez más a tu ex esposo y a tus hermanos.

– esposo. – le corregí.

– ya no más. – dijo yéndose, toqué mi cuchillo pero Eli negó con la cabeza. – ¿qué esperas? ¿Una invitación? – rodé los ojos y fui al camión donde se subió Negan. – eres igual que tu hermano.

– no conoces a mi hermano.

– pero recuerdo su rostro esa noche, serio, frío, ni una lágrima, potencial para ser un asesino serial.

– es un chico muy dulce, jamás se convertiría en un asesino serial aunque le pasara lo peor.

– no lo sabes.

– claro que lo sé. – dije recordando cuando estábamos en la prisión, la guerra con el Gobernador.

– aún así, tú también tienes potencial para ser asesina serial.

– jamás podría.

– casi matas a Rick.

– eso no dice nada sobre mí.

– los esquizofrenicos son peligrosos, pueden hacerle daño a los demás por las voces a su cabeza o por paranoia.

– para haber tenido una madre con esa enfermedad, se nota que no sabes nada, es algo muy estigmatizado, pero quienes lo padecen no siempre son un peligro para los demás, no son asesinos en potencia. – escuché que Will bufó. – pero personas con problemas de ira que no saben controlarlas, tal vez sí. – me miró enfurecido. – ya veremos cómo reaccionan Ally y Evan cuando te vean.

– ¿ese niño ansioso sigue vivo? Yo apostaba que no duraba ni una semana.

– yo apostaba por ti un día o menos. – le regresé.

– ¿conoces a mi hija?

– sí.

– del psiquiátrico. – los cólicos volvieron, Negan lo notó. – no me mires así.

– ¿cómo?

– como si te importara, ¿sabes? Pudiste esperar a que naciera y quitármelo, sé de tu capricho por tener hijos, Abbey murió por un aborto espontáneo de un hijo tuyo y perdiste a ambos. – me miró mal. – pudiste criarlo como tuyo, que no supiera que yo era su madre, eso hubiera sido bastante dolor para mí pero no lo pensaste, lo mataste.

– cállate, niña. – me dijo Will.

– obligame. – sacó su arma.

– déjala. – le pidió Negan. – mejor ve atrás, quiero estar a solas con ella. – se fue hasta atrás del camión. – no puedes hablarme así frente a mis hombres, pero lo dejaré pasar esta vez. – no respondí, ni lo miré, sólo me volteé y miraba el camino a casa.

Perfect [Daryl Dixon & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora