◆ℓα ѕєραяα¢ιÓη◆

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Parte 1/2.

8 meses 🧸🍼

—Es una tristeza que ya se tengan que ir— menciona Alberto en medio de una tos.

—No quisiéramos irnos, pero los niños tienen que regresar a la escuela— responde Emilio —prometemos que cuando tengan un descanso, regresaremos.

—Los vamos a extrañar mucho— Alberto se levanta del sofá y camina un poco lento para abrazar a su nieto.

—No te levantes, abuelo— regaña Emilio. No le gusta que su abuelo haga muchos esfuerzos, no cuando el doctor le dijo que no debía de hacerlo.

—Tranquilo, príncipe— Alberto ahora abraza a Joaquín —estaré bien, te prometo comunicarme contigo diario. No pasará nada.

—Cuidate, abuelito— menciona Eduardo abrazando la pierna de su abuelo.

—Si, cuidate, abuelo— secunda Axel un poco más serio de lo normal.

—Tranquilos mis niños— interviene Amelia —yo lo cuidaré. Él va a estar bien, no se preocupen.

—Estoy en buenas manos— sonríe Alberto —mi amor cuidará de mi, así que vayan sin preocupaciones que yo estaré bien.

Dicho eso, Emilio continua despidiéndose del resto de su familia. Ya van de regreso a la ciudad de México a continuar con sus labores. Los niños tienen que regresar a la escuela y los adultos a sus respectivos trabajos.

Al llegar al aeropuerto esperan a que se mencione su vuelo y la puerta por la que deben de entrar.

Los niños van cansados y un tanto tristes por dejar a su abuelo y a duke. Jorge había peleado nuevamente con los del aeropuerto para que dejarán que Sora fuera con ellos en los asientos y Emilio con Joaquín iban abrazados aunque un tanto preocupados por la salud de Alberto.

Octavio había regresado a Italia con el corazón un poco acelerado por la, según él, hermosa señorita que prepara la comida en casa de los Osorio, las mismísima Cleotilde.

Joaquín se había percatado de las miradas que su abuelo hacía cuando Cleo estaba cerca, pero había decidido no decir nada, pues prefiere que su abuelo de los primeros pasos.

—¿Estás bien, amor?— pregunta Emilio al ver a Joaquín muy pensativo y mirando por la ventana.

—Si, no te preocupes— sonríe —sólo que, no sé si te diste cuenta de cómo mi abuelo miraba a Cleo— sonríe al ver asentir al mayor —me sentí extraño, al principio fue miedo, porque me asusta que me olvide, es decir, sé que no lo hará, pero el sentimiento está ahí. La segunda fue que, recordé que mi abuela siempre le decía que el día en que ella ya no estuviera, se buscara a alguien más, porque no quería que él sufriera siempre, lo quería feliz.

—¿Y la tercera?— pregunta Emilio acariciando la mano de Joaquín.

—Me alegra que este abierto a nuevas experiencias y que no se acompleje de su edad para relacionarse con alguien más— sonríe orgulloso —incluso, creo que estaría dispuesto a tener un amor a distancia. Sus ojitos le brillaban mucho cuando veía a tu nana.

Emilio sonríe y recuerda la vez que su nana le dijo que ella esperaba encontrar el amor, aún a su edad, ese era su sueño.

—La próxima vez que vayamos— habla Emilio llamando la atención de Joaquín —invitas a tu abuelo y organizamos una salida para que ellos se conozcan.

—Me parece buena idea— Joaquín se acerca y deja un pico en los labios de Emilio —sería lindo que ambos encuentren el amor, una vez más.

—Y por primera vez— aclara Emilio —. Mi nana no ha tenido pareja.

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