Infancia

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En una mañana salpicada de lluvia
fría, gris, sin esperanza
me refugio débilmente a una manta
y luego, un susurro, a la distancia.
¡Otra vez esa voz llena de pena!
¡Lo siento, nada puedo hacer por ti!
grito al recordar mi infinita miseria
porque soy torpe, no pude hacerte feliz.
He roto nuestra vieja promesa:
¡Seremos amigos hasta el final.
Y nuestras lápidas en el cementerio
siempre juntas, a la par!
Quiero conservarte junto a mi infancia
cual retrato en una mesita de noche.
Y soy sincero, prefiero la soledad
que verte sufrir, llorar.
Una bestia inestable vive dentro de mí.
Rasgando el interior con ansiedad extrema.
Mi cuerpo se siente hinchado,con inflamación.
¡Estallará pronto! ¡Huye! ¡Te puede herir!

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