Chapitre 1

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Eran las once menos cuarto y la oscuridad en las calles lo hacía notar. Los amantes del invierno estaban felices en sus camas mirando alguna serie seguramente, con alguna bebida caliente o ya durmiendo, todos sabemos que en esa época del año parecemos entrar en hibernación.

Aunque también había otro tipo de amantes del invierno, aquellos a los que a pesar de la estación les gustaba salir afuera, ducharse con agua fría, no encender la estufa y tomar helado, les encantaba sentir como el frío les calaba los huesos, como sus fosas nasales parecían quemar y como sus pulmones parecían congelarse.

Enzo se encontraba en el segundo grupo de personas y la novia de éste, Minitti Valentina, también. Es por eso que la había invitado a salir esta noche, con el viento soplando suave y frío.

Últimamente ambos chicos habían estado un poco distanciados, peleaban más seguido y casi ni hablaban entre ellos. Cada pequeña cosa que pasaba parecía ser motivo suficiente para desencadenar una gran pelea, terminando con alguno de los dos yendose del pequeño departamento que compartían para que después, cerca de la una de la madrugada, el que se había quedado escuchara golpes en la puerta. Los vecinos se quejaron un par de veces sobre está situación y ellos les dijeron que ya no volvería a pasar, fue mentira. No querían que las cosas fueran así, pero parecían no poder evitarlo, era frustante para los dos pero ¿Qué podían hacer? De verdad lo intentaban ¿O no? Tal vez no lo estaban intentado lo suficiente ¿Al menos querían intentar hacer eso? Es decir, estar constantemente pensando en absolutamente todo lo que decían y hacían ¿Solamente para no generar una discusión? ¿Eso estaba bien? ¿De verdad? Querían creer que si, pero era difícil.

A la mañana la pareja había discutido, Enzo tenía la "maldita" costumbre de dejar el asiento del inodoro arriba, mientras que Valentina la de dejarlo abajo. Se insultaron a más no poder, argumentando que el otro quería anteponer su comodidad a la contraria, a ninguno se le ocurrió en ningún momento que podrían dejar la tapa abajo para estar en igualdad de condiciones.

Después de eso Enzo había recurrido a Julián, su amigo más cercano. Lo conocía hace un poco menos de un año, pero el chico le había caído bien desde el momento cero cuando lo conoció en aquel bar, el morocho teniendo bastante alcohol encima y el más grande estando casi sobrio, pero teniendo en común un presente dolor en sus corazones, que ese día gracias al otro habían podido alivianar bastante, agradeciéndose entre ellos he intercambiando números.

Los chicos recordaban ese momento como si hubiera sido ayer, ese día habría sido el peor para ambos si no se cruzaban. Enzo había peleado con Valentina, ella en la adrenalina del momento le había dicho cosas hirientes, cosas como que el que la madre de Fernández haya muerto eran culpa de él, que todo ese sufrimiento que había pasado era merecido y que esperaba que nunca acabara, también se había burlado de su papá, el cual después de la muerte de su señora había caído en un profundo pozo depresivo, aislandose de casi todo, incluso de sus hijos, teniendo que terminar en un asilo. Julián por su parte había peleado con toda su familia, confesarles que era gay no fue la mejor idea del mundo, mucho menos decirlo en medio de una reunión familiar, siendo encima que esta no era cualquier reunión familiar, sino que era LA reunión familiar, en la que todos los Álvarez se juntaban una vez al año; primos, tíos, abuelos, hermanos, tíos abuelos, primos segundos, aijados, bisabuelos, y demás, todos unidos por aquel linaje de sangre o parentesco civil, jugando juegos como la lotería, el ajedrez o el chinchón, para después dadas las dos sentarse todos para comer aquel asado que llevaban más de dos horas preparando y así poder comenzar a charlar, aunque en esa ocasión después de que la tía Liliana le preguntara a Julián por la novia y este respondiera un "No me gustan las chicas tía, soy gay" todo rastro de la charla se haya muerto.

Siendo las once y veintitrés solo quedaban un par de negocios abiertos que iluminaban al rededor de la plaza en la que Enzo se encontraba, también había uno que otro faro medio pelo, pero había.

Hacía frío, mucho frío. Para colmo el morocho estaba a tres horas de su casa porque quería estar más cerca del trabajo de Minitti, el cual terminaba a las once menos cuarto. Si la chica tenía que hacer el viaje de ir al departamento y después volver cerca de su trabajo para la “cita” iban a terminar comiendo a las tres de la mañana un pancho en el kiosco veinticuatro horas de ahí.

Para colmo hace como veinte minutos él estaba sentado arriba de una piedra porque se le habían cansado las piernas, así que después de que había pegado una relojeada rápida al lugar y vió la piedra cerca de donde estaba fue caminando hacia ella mientras fregaba sus manos entre sí buscando generar un poco de calor, y se había sentado. Creía que no daba entrar a sentarse a un local si no sabía cuánto más iba a tardar Valentina, no quería estar media hora sin pedir nada.

Ya cansado el chico entró al chat de whatsapp que tenía con Valen y tecleó un “Amor te falta mucho para llegar?” para después presionar enviar. Casi enseguida le llegó un mensaje de ella que decía “Estoy cansada, ya estoy yendo para casa” leyó el mensaje como tres veces y se cuestionó; ¿Qué carajo tenía en el cerebro Valentina? Él se había pedido el día para poder salir con ella y le chupó un huevo, pero mal, porque ni le dijo que se las tomó a la casa, o sea que él tenía que ser adivino o quedarse como boludo ahí esperándola, porque claramente si él no le mandaba ese mensaje ella no le iba a decir que en vez de hacer lo planeado se fue a la casa.

Presionó el botón con símbolo de teléfono y escuchó el ruido que anunciaba que estaba marcando. “¿Hola?” la voz sonaba neutra ¿Tan sínica podía ser? “Hola nada, Valentina ¿Por qué mierda no me dijiste que no ibas a venir? Te estoy esperando acá hace más de media hora como un boludo” obviamente su tono era de enojo, se venía aguantando y se suponía que esta salida era para que se arreglen, pero lo había dejado plantado “Ya te dije que estoy cansada, ni me acordé de vos” Estaba enojado, pero igualmente le dolió escuchar eso “Ah bueno, gracias, muy lindo lo tuyo” escupió las palabras con amargura, estaba cansado, muy cansado “Enzo, dejá de romper los huevos, volvete para casa y listo” le cortó. Le cortó y rápidamente la bloqueó, se sintió un estúpido, esto le demostró que su relación ya no iba para más ¿Para qué sirve estar con Minitti si todo va a ser una guerra constante? ¿Pará qué sirven esas guerras? En este caso, para nada.

Miró su celular para salir de whatsapp, pero antes vió que tenía mensajes de Juli, varios mensajes de Juli. Entró a ese chat y leyó atentamente “Enzi, estás para salir?” “Es que” “Pasó algo con mí familia” “De nuevo” “Y quedé medio como que muy para el culo amigo” “Si podés te paso a buscar y salimos a tomar algo” “o a dar unas vueltas” “Querés??”

Juli había sido el que le recomendó a Fernández salir con Valentina hoy, le dijo que si le proponía una salida iba a demostrar que tenía interés en su relación y en arreglar las cosas, sacar esos cuatro años de noviazgo que tenían a flote.

Más que nada Álvarez lo había dicho porque se sentía culpable y quería ayudar, sabía que una cantidad importante de las peleas que los novios tenían era por causa de él, a la novia de Enzo no le cabía mucho que tenga un amigo abiertamente gay, pero no solo eso, porque a ver, ella no era homofóbica, ni boluda, notaba como Julián se arreglaba bastante siempre que veía al morocho, notaba como se le quedaba viendo embobado y como sonreía sin cansarse, pero bueno, si solo fuera eso no habría problema porque es muy consciente de que Enzo no la engañaría, lo que si sabía que era capaz de hacer, eso que si era un problema, es que el morocho si podía enamorarse de alguien más, y por lo que veía podría ser que eso pasara pronto, si es que no había pasado ya.

Las sonrisas y miradas que se daban el novio de Minitti y el "amigo" de éste no se veían tan fraternales, pero siempre que la chica intentaba hablar de ese tema con Fernández todo se iba a la mierda, decía que no le gustaba que cuestionaran a su amigo y a él, además de que solo estaba exagerando las cosas, si bien Julián era gay no significaba que le gusten todos los chicos con los que interactuaba, y Enzo no se cinsederaba gay. Esa discusión en la pareja era semana y media, el pelinegro hasta llegó a pensar que Valeria era homofóbica reprimida, y así sus discusiones sobre él, Julián Álvarez, siempre terminaban con un “estás loca” de parte de Enzo mientras se iba dando un portazo, incrédulo de cómo lo trataba.

Frio afuera, cálido adentro - Julián X EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora