Vacío y silencio infinito, de ello esta conformado el universo, un espacio donde no cesan las posibilidades y donde la vida se presenta en millones de formas...
Millones de partículas coexisten en este espacio infinito, y al interactuar entre sí las posibilidades aumentan, lejos de una galaxia conocida como la via láctea y justo antes de Andrómeda se encuentra una pequeña y fría galaxia llamada Adhara, en donde habita un gran sol ardiente rodeado de 12 pequeños planetas que giran en torno a él en conjunto a sus lunas.
Cada planeta cargado de energía cósmica mantiene la estabilidad astral y de ellos dependen muchos planetas de galaxias lejanas, los dioses Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis, son encargados de transmitir las tradiciones en sus pueblos respectivos y de cumplir con el tiempo lunar para lograr su prometido.
Un día una gran helada abrazó cada planeta, las cosechas se congelaban al igual que los ríos, los niños empezaron a enfermar y la luz escasa no alcanzaba para seguir trabajando. Los dioses en medio de esta situación se reunieron y notaron que el flamante sol cada día de extinguía, hasta que ocurrió...
Una mañana el sol se apagó y el pueblo de Piscis se empezó a congelar, en medio de la situación los 12 dioses se unieron y juntaron todos sus poderes de energía cósmica y fundieron un brillante sol, la galaxia entera cambió y tras el sacrificio de los 12 se creó un solo sol planetario con 12 lunas a su alrededor que rebotaban la luz del mismo por todo el planeta.
Así fue como nació el sol habitado Amaltea...