Esperaba sentado en aquel viejo sofá color rojo mientras los restos de un cigarrillo se consumían entre sus dedos, importándole poco la quemadura de los mismos, sus ojos se mantenían cerrados calmadamente y hasta que el ardor en su piel fue demasiado, tomó algo de conciencia sobre si y por fin puso la colilla sobre el cenicero, echando la cabeza hacia atrás en un gesto cansado y a su vez, pensativo.
Era delirante, obsesionado.
Su cerebro no dejaba de repetirle una y otra vez que lo que hacían estaba mal, que aquel mundo perfecto que creaban dentro de esas cuatro paredes cuando sus cuerpos se juntaban y sus bocas se profesaban promesas de amor, en algún punto, se caería a pedazos y, sinceramente, no sabría decir con exactitud si podría repararlo.
Aún así, su imaginación volaba nuevamente envuelto en una dosis de locura que sólo él le podría ofrecer.
- Él vendrá hoy, ¿Cierto? - Preguntó Ten-ten, su actual pareja y prometida, quien conocía a la perfección la situación del otro y aún así, había aceptado el casarse por conveniencia pues si bien ella no deseaba estár atada a nadie, el pelirrojo le ofrecía lo que no cualquiera haría: un futuro estable, libertad de tener sus propias aventuras y el hecho de que su familia dejara de joderle por lo que resta de vida. Así que compartir a su "hombre", era un precio que con gusto pagaría, ya que entre ellos, no existía nada más allá de un estima y cariño como con cualquier otro amigo.
- Sí, deja la puerta abierta y por favor, encárgate del resto. - Pidió bajito, aún con los ojos cerrados y la cabeza inclinada.
La mujer asintió sin importar si su gesto era captado, tomando sus cosas y saliendo del lugar con rumbo al centro comercial donde debía encontrarse con su actual socio de negocios para algo más que una amistosa charla, ya que aquello, traía consigo la misión de entretener lo suficiente al hombre como para no levantar sospechas.
Una vez el silencio se apropió nuevamente del lugar, su mente volvió a volar por lo alto, viendo cosas absurdas pasar como película delante suya, guardando solo para sí mismo el secreto de su caprichoso corazón y tratando de callar al diablito en su hombro que trataba de agobiarlo.
El impulso a mandarle flores, a llamarlo por las noches y violar las reglar aunque fuera ajeno, lo mantenían alerta, evitando a toda costa que aceptará nuevamente aquella amistad que hacía años se había perdido cuando él le pidió aquello.
Porque sencillamente, ahora algo más que un cariño fraternal inundaba su pecho cuando le veía.
Pasando los dedos sobre su rostro en un gesto irritado y decepcionado consigo mismo por aceptar en su momento, lo recordó.
Era otoño, las calles estaban un poco frías por lo que sería la llegada de un próximo invierno y las luces de los faroles comenzaban a encender, avisando que la noche estaba por caer.
Él se encontraba tranquilo, regando el pequeño árbol de durazno que recientemente había plantado, cuándo un fuerte ruido en su casa lo sacó de aquella serenidad y concentración, más tardo en darse la vuelta, cuándo un rubio ya lo tenía totalmente apresado entre sus brazos.
El llanto del aquel entonces jóven muchacho se percibía en su totalidad pese a tener la cabeza enterrada en su cuello y las lágrimas bajaban tan aprisa que su franela roja ya se hallaba húmeda.
- Lo hizo de nuevo, lo hizo de nuevo aún cuando tenemos un hijo, ¡Maldita sea!, ¿¡No le basta que Menma ya tenga 7 años y comprenda todo!? - Rugió entre enojado y triste, su corazón dolía en una mezcla de agonía y de venganza.
Por su parte, el mayor no tuvo que preguntar más nada ya que comprendió enseguida la situación y un suspiro cansado y molesto fue lo único que atinó a soltar antes de regresar aquel potente abrazo y entrar a la casa con el de piel tostada aún pegado a su cuerpo.
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Necio. ☬ GaaraNaru. ☬
FanfictionDónde Naruto provoca que Gaara sea un obstinado, un loco obsesionado por tenerlo incluso si es ajeno o donde Gaara simplemente es un necio que siempre obtiene lo que quiere. 🔥 Capítulo único. 🔥 🔥 Drama, infidelidad, poco contenido sexual, m-preg...