📖CIENTO TREINTA Y CINCO📖

36 4 1
                                    

-... Yo asumiré toda la responsabilidad de la violacion de las Condiciones.

-¡Levi! - me llamo Hange aterrorizada por mi declaración.

Los presentes me miraron como si hubiera perdido la cabeza, tal vez así era, pero no estaba en condiciones de pedirles que, como en el pasado, entregarán sus corazones por mi culpa. No, yo no era Erwin que podía pedirlo sin siquiera sentir algo de remordimiento.

-Entonces, Melgar... - seguí diciendo sin perder tiempo. - Mikasa te recomendó, pero para una búsqueda especial... - la chica se acerco temerosa. - Organiza un escuadron con el que puedas investigar que hay detrás, serás nuestros ojos y oídos detrás de la pista de nuestros hijos.

-¿Quiere que investigue a su propio hijo, señor? - pregunto con pánico pero con respeto.

-Si, ya lo conociste, no es un simple niño... El es.. - trate de decir, pero por alguna razón, se formaba un nudo en mi garganta al intentar decir mis pensamientos en voz alta.

-Lo se... - comprendió y me concedió una sonrisa de ánimo. - Es un chico demasiado inteligente para su edad... Será difícil seguirle la pista, pero cuente conmigo Comandante.

-En ese caso, puedes empezar ya mismo. Reportate cada 24 hrs, a menos que encuentres una pista que nos sea útil. - le ordene.

-¡Si, señor! - acepto la chica, llevando la mano derecha en puño al corazón, justo como dictaba la tradición militar.

Hecho el saludo se retiro a toda prisa. Mis esperanzas estaban puestas en esa chica.

-En cuanto al resto, Armin los organizará, pero también quiero un reporte cada 24 hrs. - les dije a los restantes.

-Bien, manos a la obra... - celebró Floch.

Armin suspiro como si se estuviera dando ánimos y luego se llevó a los presentes hasta la habitación contigua donde habíamos preparado ya todo lo necesario para explicar el plan. Hange fue la única que permaneció en mi oficina.

-¿Toda la responsabilidad, Levi? -pregunto en cuanto Mikasa cerró la puerta tras de sí. - ¿Te volviste loco? ¿Qué te dijo Historia?

-Me dijo lo que ya sabía: que ella nos había dado la espalda desde que terminó la Guerra. - respondí sentandome en mi silla, pues hasta el momento no me había dado cuenta de que estaba de pie.

-¿Y esa es suficiente razón para desafiarla e ir en contra de las Condiciones? ¿Sabes lo que pensara Ami? - insisto con desesperación.

-No, Hange. - la detuve con brusquedad volviendo a ponerme de pie de un salto. - Ami no debe saberlo. No debe saber que tan mal están las cosas con Historia, ni lo de la RG, ni lo de las Condiciones...

-Pero...

-Estoy asumiendo la responsabilidad no por la Reina, ni los demás... Lo estoy haciendo porque mi vida depende de encontrar a mi hijo sano y salvo; si algo le pasara y yo no hiciera nada para evitarlo, no me lo perdonaría, y ahí si, mi vida correría peligro. - le explique intentando no derrumbarme como lo había hecho durante la noche. - Es mi culpa que esto sucediera, así que nadie más que yo debe pagar por ello. - me miro mal, aunque con preocupación también. - Y por eso mismo, Ami no puede saber. Si se entera perderá la cabeza, empeorará y perderá a nuestro bebé... Y en el peor de los casos, la perderé a ella. No puedo hacerlo, Hange. Lo sabes bien.

La de lentes me miro mal, seguramente reprobaba cada una de mis palabras, pero tampoco es que negara la poca razón que estaba oculta en mi discurso.

-¿Qué harás si encuentras a Kai? Tendrás encima a la Reina y a toda la ley con ella. - me recordó. - Ya la haz oído, tu causa no es razón suficiente para todo esto, te juzgarán con severidad y en el peor de los casos te ejecutarán.

Guarde silencio. Era una posibilidad, y más que eso, que ya había contemplado; no podía hacer nada para evitar la sanción, había amenazado directamente con romper toda relación con el gobierno, eso ya de por sí podía ser considerado traición, más las Condiciones de Libertad, realmente el único fin era ese, la ejecución.

-Cuando esto termine, cuando encuentre a mi hijo, me asegurare de dejar toda mi vida en orden... - hable lentamente, temiendo que si dijera todo en voz alta se cumpliría de algún modo, como una prediccion. - Antes de ser encarcelado, juzgado y ejecutado, mi unica opción es ver que mi familia tengan una buena vida en mi ausencia y que nadie más pague por mis errores...

-Levi...

-Desde siempre supe que sería así... - continue ignorando su llamado suplicante. - Así que, Zoë...

-No lo pidas, Levi, me niego.

-Como último favor...

-Te he dicho que no, hay otras soluciones, Ami sabrá que hacer si eso sucede, ella...

-¡Que no! Aun si el resultado es malo, no quiero que permitas que se involucre, ella debe vivir por nuestros hijos, ¿entiendes? - alce la voz, cayendo en la desesperación que me provocaba mi propia mente y sus futuros posibles. - Es el último favor que te pido Zoë, como en los viejos tiempos, te ruego... - solo un momento más debilidad, solo eso podía permitirme. Sonreí con tristeza. - que cuides de Ami y mis hijos. Eres la única persona a quien se lo pediría, solo di que lo harás.

En tantos años de guerra y habiendo estado al borde de la muerte, nunca le había suplicado, ni siquiera en aquellas tantas veces que le pedí que cuidara de Ami. Pero, es que, ahora, más que nunca, sentía que estaba arriesgando todo y lo estaba perdiendo.

-Lo haré, pero esta vez quiero poner una condición... - acepto con resignación.

-¿Condición?

-Aún contra toda posibilidad piensa en el mejor de los casos y busca una solución para que vuelvas con tu familia y te encargues tu de ella. Te necesitan.

Lo sabía, pero era realista, mi visita a Historia había sido la gira que derramó el vaso; pensar en un final positivo era pedir un milagro, uno que estaba destino a encontrar a mi hijo, eso era lo importante.

-Esta bien... - acepte, aunque ambos sabíamos que no era verdad.

Una última misión. Esta sería la última para ambos, de uno u otro modo.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora