Un joven de pelo rubio ceniza y ojos color carmín caminaba apaciblemente por entre los árboles de aquella espesura verdosa. Mirando a sus alrededores y disfrutando de su caminata, llegó a un lugar cercano a un río y se sentó a los pies de un árbol con cuidado de no descuidar su lujosa ropa. Un pequeño conejo blanco como la nieve pasó caminando pacíficamente a unos pocos metros de él, el cuál apenas divisó al joven salió corriendo hasta perderse entre los arbustos.
—Tch. Estúpidos animales.—pensó antes de dormirse profundamente bajo las hojas de aquel enorme árbol.
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|—¡¡¡AAAAAAAAAAAH!!!—
Corría a toda velocidad entre llantos con una canasta llena de frutas pegada al pecho mientras era perseguido por una jauría de perros callejeros. Cuando finalmente los perros se habían cansado de perseguirlo, se recostó en un árbol cercano y respiró agitado tratando de recomponerse de aquella persecución canina.
—Rayos... Esos perros si que tenían energía, ¡me hicieron correr al menos 20 minutos seguidos!— pensaba tomando agua de la botella dentro de su pequeño bolso.
Una vez se recompuso, guardó algunos arándanos de los arbustos cercanos a él, se paró y continuó su camino a casa.
—¡Mamá! ¡Ya llegué!—
El joven entró a una pequeña casa escondida entre los árboles. Caminó hacia la cocina, dejó la canasta en la mesa y empezó a lavar las frutas.
—Hola, cariño. ¿Por qué tardaste tan-...? ¿Huh...?— su madre entró por el umbral de la puerta sonriendo, expresión la cuál desapareció en un segundo al ver el estado de su hijo. Sucio, desordenado y con algunas raspaduras.
—¿¡Izuku, que te pasó!? ¿¡Alguien te hizo algo!? ¡DIME Y LO MATARÉ!— Gritaba desesperada quitándole algunas hojas del cabello y limpiando la tierra de su cara. Su dulce madre a veces, era una mujer severa cuando algo le molestaba.
—Tranquila mamá, estoy bien. Solo tuve un pequeño problema con unos perros jeje...— Tranquilizó a su madre mientras preparaba una ensalada con las frutas que había recogido en su paseo.
—¿Seguro, mi niño?—
—¡Si! Fué un poco divertido siendo sincero.— respondió con una enorme sonrisa en su rostro, la cuál lograba que su madre se relajara más.
—Está bien, cariño.— Inko, la mamá de Izuku sonrió levemente en respuesta a la amabilidad de su hijo.
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Algo Diferentes ¦Katsudeku¦
FanfictionKatsuki Bakugo, el príncipe heredero del palacio de Tōketsu. Cansado por la responsabilidad, liberaba su estrés en la inmensidad del bosque Hünaeryn. Un quiebre en su vida lo llevarán a conocer a un eremita, el cuál cambiaría las cosas y su propósi...