El primer día que la vi

2.4K 81 71
                                    

Pablo (Inefable)

—Vamos a Caeli, ¿no? —comentó Riqui.

Estábamos en su casa haciendo previa. Realmente era como una celebración atrasada de mi cumpleaños, fue ayer, pero nunca es tarde para celebrar las dieciocho. O eso dicen.

—¿Caeli? —cuestioné.

Sé que es una discoteca muy famosa de aquí, Barcelona, pero nunca he entrado. Principalmente porque es para gente de dieciocho o incluso veintiún años, pero seguro que si vamos todos juntos, nos dejarán entrar. Además, si Riqui lo propone, es porque seguramente haya alquilado algún reservado o algo.

—He hablado con el dueño, tenemos vía libre —casi me atraganté al escuchar eso. ¿Enserio tienen tantos contactos?

—Tranquilo, chiquitín. Es un viejo amigo —aseguró Eric.

Sé que debe de ser el sobrino del míster, por lo que espero que no tenga la misma mala leche que Luis en los entrenamientos porque si no, me voy corriendo de allí aunque me gsute demasiado la fiesta.

Acabamos de cenar y fuimos en taxi hacia allí. Éramos la mayoría de los jóvenes del equipo, por no decir todos. Pedri, mi mejor amigo y Fer, su hermano; Ansu, Eric, Riqui... Y supongo que nos encontraremos allí con Frenkie, Koundé... aunque no son mucho de salir de fiesta, pero lo mismo se acercan.

Llegamos a la cola, la cual no tuvimos que hacer y menos mal. Estaba lleno de gente, daba vuelta a la esquina. Supongo que son ventajas de tener un reservado. Eric fue diciendo nuestros nombres mientras el guardia revisaba una especie de lista e iba asintiendo a medida que escuchaba los apellidos de todos, esto es como estar en una película. Algunas personas nos reconocieron y nos pidieron fotos, me dio pena no hacerme ninguna, pero Pedri me llamó cuando iba a hacerme una con un grupo de chicos y chicas, así que no pude hacermela. Por suerte lo entendieron.

Una vez dentro me percaté de que tenías espacio suficiente como para bailar y pasar entre la gente sin agobiarte. Caeli es tan exclusiva que a veces no dejan entrar a todo el mundo para que las personas estén tranquilas dentro. El caso es que yo andaba bastante perdido, teniendo en cuenta que era la primera vez que entraba aquí y los chicos ya han hecho alguna vez, así que me guiaron.

Tuvimos que subir unas escaleras que llevaban a lo alto de la discoteca, donde se encontraba nuestro reservado. Por lo visto, había unas cuantas chicas que yo, personalmente, no sabía quiénes eran, pero los chicos debían de conocerlas. El caso es que estuvimos un rato charlando entre todos como quién no tiene la cosa. Riqui había ido a por otra copa, seguro que estaba tardando mucho por la cantidad de gente que había. ¿Qué hora sería ya? Ni siquiera había recibido un mensaje de madre o mi padre para saber dónde estaba, dan por hecho que como "celebro" mi cumpleaños, llegaré bastante tarde.

Al rato, se acercó un chico que tenía cierto aire al míster, deduje enseguida que era Rubén Martínez, hijo del hermano de Luis y sobrino del mismo. Iba súper arreglado, con un traje negro y tenía un buen semblante serio, con el pelo rapado, lo que hacía que su postura dominante fuese más en aumento. Solo bastó que fuese uno a uno a los que no conocía, yo incluido, para presentarse y esa seriedad se alejó cuestión de segundos para después desplomarse en el sillón y desajustar su corbata.

—Buah, tíos. Menos mal que habéis venido —soltó llevándose una copa a la boca.

—¿Qué tal la gente hoy? —cuestionó Eric, repitiendo la misma acción.

—Unos se han pegado, hemos tenido que llamar a la ambulancia porque uno de ellos se ha partido la ceja. Pero por lo demás todo bien, mientras mi hermana y Claudia no estén involucradas, me vale

EXTRAS INEFABLE Y THINKING ABOUT YOU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora