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"--Y a veces necesitamos a alguien que nos tienda una mano, sin importar la situación en la que uno se encuentre."
-¡Reo!
El de cabellos morados se sorprendió al escuchar aquel gritó y el abrir brusco de la puerta de su habitación.
-¡¿Pero que...?!-dejó de hacer sus deberes para encarar a la persona que había entrado de esa manera a su habitación.
Valla sorpresa se dió cuándo descubrió quién era.
-¿_____?-dijo el nombre de su amiga.
Se sorprendió al verla en su habitación,¿No sé supone que estaría en Italia? Y entonces se sorprendió al ver las lágrimas correr por sus mejillas.
-¡¿______?!-preocupado, se levantó para ir hacía ella.
-¡Reo debes ayudarme!-a pasó apresurado se acercó a su amigo, quién le ofreció un abrazo, un abrazo que ella no negó.
-¿Que pasó?-le preguntó mientras que empezaba a darle pequeñas caricias a la cabeza de su amiga, miró a sus sirvientes quiénes se encontraban en la puerta con rostros preocupados.
Dejó salir un suspiro cansado y con una simple señal de su mano, los hizo que se retiraran, lo cuál hicieron cerrando la puerta.
-Ahora sí, ¿Dime qué está pasando?-sin apartarla le preguntó, se le hacía raro verla de esa manera.
-¡Reo!-sin romper el abrazo, lo miró con angustia-¡Mi padre me quiere casar!
-Oh...¡¿Espera que?!-la alejo de el sin lastimarla-¡¿Cómo que te vas a casar?!
-¡No me voy a casar idiota! ¡ME quieren casar!-le corrigió con enfado, que rápido le adelantó su boda su único amigo.
-¡Lo siento!-se disculpó apenado-Pero...¿Como está eso que te vas a casar?
La chica, mirándolo con lágrimas en los ojos, se fue a sentar en la enorme cama de su amigo y abrazó una de la almohadas, el al verla de esa manera tan indefensa, supo lo que había pasado.
Nuevamente su amiga había peleado con su padre.
La razón de su pelea era más que obvias.
-¿Te has vuelto a pelear con tu madrastra?-le preguntó, tomando asiento aún lado de ella.
-Sí-le respondió con la voz entre cortada, apretó la almohada con enojó-Por su culpa mi estúpido padre se le dió la idea de casarme con un idiota.
-Lo siento mucho-ya no era novedad las peleas constantes entré ellos dos-¿Así que, está vez su idea es casarte?
-Sí, tal parece que esa mujer le debió meter la idea que me casé, parece que no tuvo suficiente con mandarme a un campamento militar para chicas problemáticas cómo yo-la escuchó chasquear la lengua con enojó-En verdad que está vez estoy acabada.
