Juego

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Dedicado con todo mi amor a mi reina preciosa, Temari05nara

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—¿Por qué eres tan testarudo? —inquirió, rozándole el cuello con su cálido aliento.

—¡Suéltame! —exigió el hombre que se encontraba prisionero entre el cuerpo de su socio y la pared de la oficina—. ¡Quítate o te voy a golpear!

—No lo harás. Sé que también deseas esto, Megumi —musitó, antes de pasar la lengua por la blanca piel de su colega. Su sabor era exquisito y su aroma era su perdición. Ese hombre, definitivamente, sería suyo—. Eres tan delicioso. Y yo... ¡Ya no lo puedo soportar, serás mío!

—Espera, por favor, espera. Esto no está bien —suplicó, tratando de apartarlo de su cuerpo—. Tú y yo no debemos... ¡Ay! —gimió cuando la boca de su depredador se apoderó de su cuello—. Su-Sukuna no. Yo no... ¡Ah!

—Sí, así. Quiero que supliques por mí —susurró, mientras sus manos pasaban sin pudor por toda su anatomía—. Te quiero escuchar decir mi nombre hasta desfallecer.

Sukuna lo tomó por el mentón y con rudeza se apoderó de sus labios, fundiéndose en su boca. Dejándole claro quién era el que lo dominaba, pues sus besos eran fuertes, delirantes y apasionados.

Era una mezcla de sensaciones que no tenía precedente.

Megumi estaba anonadado, ya que por mucho tiempo luchó para no caer en sus encantos. Sin embargo, de un tiempo para acá eso había sido inevitable, pues sus provocaciones lo hicieron caer en el infierno. Un infierno que era manejado por un demonio; un apuesto demonio que lo estaba profanando.

Fushiguro intentó separarse de sus labios; así que, comenzó a golpearle el pecho. No obstante, esta acción solamente encendió más el fuego que poseía su amante, haciendo que lo aprisionara por completo contra la pared para que dejara de menearse. Sukuna jamás dejaría que una presa tan exquisita como él se escapara de sus manos.

Megumi se rindió al placer, pues el que lo pegara con fuerza contra el muro encendió en él un calor abrasador que le recorrió por completo el cuerpo. Calor que, únicamente, se encendía cuando estaba entre sus brazos.

Sukuna había sido su perdición.

El azabache acarició con sus manos el fornido pecho de su socio, llevándolas hasta su cuello para enterrarlas en sus cabellos. El moreno sonrió internamente, pues sus exigencias hicieron que su hombre cediera ante sus deseos. Haciendo que cayera en su juego.

Sukuna le mordió el labio inferior. Arrancando de sus labios un jadeó de dolor que murió en su boca, ya que con desesperación volvió a besarlo.

Besos que fueron desde la boca hasta el cuello, dejando huellas a su paso. Ya que el moreno pretendía que a Megumi le quedara algo claro: solamente él tenía el derecho de profanarlo.

Sukuna continuó acariciándolo. Bajó las manos por todo su pecho, hasta llegar a su abdomen bajo. Ahí se detuvo para verlo fijamente. Sus ojos se clavaron en los de Fushiguro, fundiéndose en su mirada. Su brillo lo eclipsó; así que, le sonrió. Obsequiándole una sonrisa lasciva.

Sukuna llevó las yemas de sus dedos a su pantalón para introducirse en su santuario cuando-

—¡Corte! ¡Tenemos la escena! —anunció la productora desde un megáfono—. ¡Ha quedado mejor de lo esperado!

—Estuvo bastante intensa, ¿cierto? —dijo Sukuna, mientras recibía una pequeña toalla que le había llevado un joven de la producción.

—Sí, mucho —musitó Megumi, bajando la mirada para apreciar el prominente bulto que se le formó debido a la escena que grabó—. Me permiten unos minutos. Debo ir al baño.

—Claro, ve. —La productora estaba tan complacida con el resultado que dejaría que descansaran un poco más de lo habitual—. Todos tienen media hora de descanso.

—Gracias —contestó el azabache, quien necesitaba con urgencia un momento a solas.

Megumi se dio la vuelta para dirigirse a los sanitarios cuando una mano lo detuvo de repente. El joven no necesitó preguntar quién había sido, pues conocía esos dedos a la perfección.

—¿Quieres que te acompañe? Creo que yo puedo ayudarte a solucionar ese pequeño problema —susurró en su oído. Luego le guiñó un ojo y le extendió la mano—. ¿Vamos?

—Cla-claro, gracias.

Los hombres se retiraron de la vista de todos para perderse unos minutos en la soledad. Ocultándose en el interior del baño; sitio que había sido testigo de los intentos orgasmos de pasión que escapaban de sus labios. Pues al igual que en la serie de televisión que estaban grabando, ostentaban una relación. Una relación clandestina que solamente les pertenecía a los dos.

Poseían un fuerte amor que los hacía descender hasta los confines del mismísimo infierno, cada vez que se entregaban a la pasión.

FIN.

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¡Hola!

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¡Hola!

¿Cómo están?

Bueno, en esta oportunidad les traigo una viñeta SukuFushi que escribí como regalo de Navidad para mi reina preciosa, mi alma gemela, Temari05nara. Espero que te guste el obsequio, ya que lo escribí con todo mi amor para ti.

Además, hoy es el cumpleaños de Megumi; así que, ¿qué mejor que esta fecha para dedicarle un escrito, cierto?

Les cuento que es la primera vez que escribo para este fandom, pero la pareja me encanta tanto que... pienso seguirles dedicando más de mis locas ideas. Ya veremos qué pasa el siguiente año.

Los quiero.

Nos seguimos leyendo.

Con amor.

GabyJA

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