Capítulo 2. Unas misteriosas desapariciones

144 89 71
                                    

Belle fue a su habitación, cogió un jersey, unos pantalones cómodos  para su amiga y  unas zapatillas. Cogió una toalla y al llegar al salón se la lanzó a su amiga.

- Toma, date una ducha caliente y... - el piso vibró un tanto tras la explosión de una bomba lejana-  y te he dejado la ropa en el baño para que te cambies luego. Si necesitas algo más ya me dices.

Mientras Yaiza se duchaba, Belle habría el libro. Nada. La luz había desaparecido y no se escuchaba ninguna voz. Seguramente se abriría a alguna hora en específico haciendo algo en específico, que es lo que tenían que averiguar.
Belleza suspiró mientras se quedó mirando pensativa a través de la ventana. Mientras las gotas de lluvia seguían cayendo recordó lo que pasó la última vez. Recordó a su hermana, su querida y dulce hermana, eran inseparables. Ya hacía un año y no había ninguna pista sobre su paradero, se esfumó sin dejar rastro, parecido a lo que le había ocurrido a los padres de su amiga.
El día anterior a la desaparición de Katherine tocaron a la puerta de su casa, Belleza fue a abrir la puerta mientras su hermana descansaba en el sofá, siempre recordaría aquel hombre tan alto, con una piel sumamente pálida y vestido de negro, nada más verlo un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Antes de llegar a recordar todo lo que sucedió ese día, Yaiza entró de nuevo en la sala con la ropa que le había dejado.

- Gracias, Belle. Ahora me siento un poco mejor .
- Me alegro, Yaiza.
- Ahora sí, cuéntame lo que sabes de lo que le ha ocurrido a mi familia.
- Tampoco se mucho la verdad. Lo único que he averiguado es que la última vez que pasó fue hace un año, cuando desaparecieron mis padres y mi hermana. He intentado encontrar más información sobre esto pero es muy complicado, nadie sabe nada o no quieren hablar del tema.

Yaiza estaba muy perdida no sabía de qué estaba hablando, pensaba que era algo aislado lo que había pasado, pero ahora resulta que no es así y lo peor es que su amiga ya lo sabía pero no le dijo nada y ha estado todo este tiempo pasándolo sola. En este momento Yaiza tomo la decisión de ayudar a su amiga a compartir esta carga y buscar la verdad sobre la desaparición de sus padres y hermanos.

¿Se te ocurre algo?- preguntó Belle a Yaiza.
La verdad es que... -empezó a decir pero sus palabras quedaron interrumpidas porque llamaron al telefonillo.
¿Quién es?- preguntó Belle tres veces. Pero no hubo respuesta -Vaya... se habrán equivocado.

Después de eso empezaron a pensar sobre quien los podía ayudar, revisaron los números telefónicos de la guía amarilla.

- Un chamán... no creo que nos pueda ayudar. Una tienda del tarot... no necesitamos que nos lean el futuro. ¿Un fontanero? No.
- ¡Mira Belle! Esta es la librería que ha estado cerrada una buena época ya, sin embargo, siempre aparece el número en las páginas amarillas. ¿No crees que esto pinta extraño? Ya sabes, corren muchos rumores sobre ese sitio. Las malas lenguas dicen que la mafia opera allí, otros dicen que ese sitio está embrujado, en cambio, hay una gasolinera en frente y muchos conductores cuando han parado a repostar en medio de la noche aseguran haber visto a algunas personas que no inspiraban mucha confianza entrar al lugar y siempre coinciden en que esas personas estaban vestidas de negro. ¿Crees que saben algo que nosotras no sabemos y que están ocultando?. Es decir, estamos en guerra y aquí hay muchos secretos de gobierno, cosas que nosotros no nos podemos ni imaginar. ¿Deberíamos llamar Belle?

Belle iba a contestar pero de repente tocaron a la puerta una y otra vez y cada vez más intensamente.
Las amigas se miraron extrañadas y Belle se dirigió a abrir la puerta, Yaiza la acompañó.
Cuando Belle abrió no se lo podía creer, no podía estar pasado otra vez así no. Aún no había podido descubrir nada sobre su hermana esto no podía pasar.
Recordaba a la perfección ese fatídico día que toda su vida cambió para siempre, era un día como cualquier otro estando en guerra. Era duro, pero al estar todos juntos se hace soportable y conseguían las fuerzas necesarias para seguir luchando y sobreviviendo. Pero ninguno esperaba que unos golpes en la puerta pudieran desencadenar todo lo sucedido.
Estaban todos en la sala, cada uno haciendo una actividad diferente pero hablando entre ellos. En ese momento se oyeron unos golpes en la puerta. Adrien se levantó y abrió la puerta, para dejar ver a un hombre alto, musculoso, de mediana edad su cara estaba oculta debajo de un sombrero negro y un abrigo largo del mismo color.

- Buenas noches, ¿Qué sucede señor?
- ¿Es la familia Durand? - dijo el señor
- Así es
- Perfecto, ya es hora
- ¿Cómo? ¿Qué pasa?- dijo John cuando vio como varios hombre se dirigían a su casa y el que estaba en la puerta intentaba entrar.
- Correr - es lo último que dijo Adrien a su familia cuando vio que el primer hombre se acercaba a él con un libro en mano.

No se sabe que sucedió después ya que en la casa y alrededores aparecieron más y más hombre, sosteniendo un libro en las manos y repitiendo unas palabras en un idioma extraño y cada uno de los libros empezó a emitir una luz verde.
Cuando Belle volvió en sí, no sabía que había pasado estaba muy desorientada pero cuando fue observando su casa los recuerdos regresaron. Ahí se levantó y empezó a llamar a su familia, uno por uno, cada vez más fuerte pero sin respuesta. Al cabo de un rato comprendió que se había quedado sola y todo había pasado por ese hombre que había tocado la puerta. Nunca lo olvidaría.
Y ahora ese mismo hombre vuelve a estar aquí.

La Librería y el Mundo OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora