Capitulo 15 Descontrol

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Capítulo 15 Descontrol

El día siguiente comenzó con la misma monotonía de siempre y hasta llegó a olvidarse por un momento del joven rubio

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El día siguiente comenzó con la misma monotonía de siempre y hasta llegó a olvidarse por un momento del joven rubio. Sin embargo, cuando tiró su bolso junto a su cama notó que la ventana estaba abierta, extrañada se acercó para cerrarla, pues el viento era frío. 

La cerró y, cuando se volteó hacia su cuarto una vez más, tuvo que contenerse para no gritar y alertar a sus padres del intruso en su habitación.

Malfoy estaba justo detrás de ella.

—Granger.

—¡¿Qué rayos haces aquí?! —dijo ella, tratando de no elevar su voz.

—Es bastante obvio, ¿no lo crees?

—¡No, no lo es! Ahora lárgate.

Él, por respuesta,  se sentó en la cama mientras ella levantaba las manos ordenándole que se fuera.

—Lárgate con Pansy y a mí déjame fuera de tus estúpidos juegos.

Él la tomó de las manos, pero ella lo rechazó.

—¡Eso fue una estupidez…! Yo…

—¡Cállate, no quiero oírte!

—¿Ah, no? Pues me vas a escuchar.

Sin embargo, su pequeña discusión se vio interrumpida por la abrupta llegada del doctor Granger, quién abrió la puerta bruscamente, observando a los jóvenes de hito en hito.

—¿Qué está haciendo este desgraciado en tu recámara, Hermione? —demandó saber acercándose con furia.

La joven trataba de apaciguar a su padre sin conseguirlo.

—Papá, tranquilo, lo que pasa es que..

Pero el hombre no la dejó terminar ya que estampó una bofetada en ella, derrumbándola al suelo mientras que Hermione pasaba sus manos por la zona dolorida.

Malfoy no podía creer la desfachatez de ese tipo y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre él, regresándole el golpe que le había propinado a su hija. Y de un segundo a otro ambos hombres estaban en el piso golpeándose mutuamente sin importarles los ruegos de la señora Granger y de Hermione porque se separaran.

Hermione contenía las lágrimas mientras se acercaba Malfoy, quién tenía a su padre en el piso golpeándolo incesantemente. Le cogió del brazo intentando separarlos sin conseguirlo realmente.

—Malfoy, ya basta…ya déjalo…

—No entiendo, ¡¿cómo lo puedes defender?! —respondió sin soltar al hombre.

Pero la joven nuevamente le rogó para que lo dejara de golpear y él, muy a su pesar, cedió, no sin antes darle un último golpe.

—Tienes suerte de que tu hija ruegue por ti, maldita escoria —escupió con coraje y Hermione pudo ver cómo aún tenía ganas de golpearlo, previniendo eso lo tomó del brazo y lo alejó hacia la ventana.

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