¿Te Vas Tan Pronto, Rosal?❣️

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Continuación de "Nunca Salgo Del Bosque".

Hace veinticinco años lo que se conoce en la actualidad como "La tragedia de los Lavoie" se dió lugar en medio de la madrugada.

La gente corría y buscaban la forma de acabar con las llamas que consumían de a poco tanto los inicios del bosque, como la enorme casona de la familia regente, la gran construcción de madera se hallaba cubierta en flamas tan incandescentes que la noche se vió interrumpida no sólo para los habitantes de la aldea Ventura, sino también para los pueblos cercanos.

La villa se encontraba en un caos descomunal, con las personas intentando sin éxito apagar el fuego. Algunos valientes se aventuraron a entrar, en busca de salvar las vidas de los habitantes de esta decadente mansión, sus intentos se vieron obstaculizados por las ardientes flamas que parecían esparcirse cada vez a mayor velocidad.

Aunque, no se oían gritos de ayuda ni pedidos de auxilio, un mal augurio considerando el reciente nacimiento del bebé de la pareja que residía en la casona.

Pero sólo el padre de familia yacía muerto entre el fuego.

Lejos del ajetreo una mujer corría por los bosques, al tratar de escapar de la muerte saliendo por la puerta trasera se vió perdida entre la arboleda, huyendo aún de las brasas que ahora se comían la flora cuál bestia insaciable, se olvidó por completo de sus propias heridas en busca de poner a salvó a su primogénito, a su razón de vivir.

Envuelta en un manto escarlata huía de aquella flor ambarina, mortal y brillante

¿Pero cómo nacieron esas llamas? En toda su vida habitando esa casa con su marido jamás tuvieron un accidente de ese tipo, fue tan de repente, tan fuera de lugar.

Fue nada más ni nada menos que un mercenario enviado sin remordimiento por la provincia enemiga, gobernada por la prestigiosa familia Müller.

Estos al ser rechazados en su intento de comprar los bosques propiedad de los Lavoie y emparejar a su hija pequeña con el neonato de la adinerada familia, vieron la negativa como una gran ofensa y concluyeron que de no obtener esas tierras o unir ambos legados, uno debía desaparecer, y no sería el suyo.

Pero aquel de mirada oscura no fue enviado para acabar con la vida de los Lavoie, su única misión era incendiar el soto que crecía a espaldas de su casa para así bajar su valor y que se vieran obligados a vender, por desgracia las flamas se extendieron desde la arboleda hasta el patio de atrás.

Entre los paramos más apartados y solitarios de la floresta se asentó aquella desconsolada madre, implorando a cualquier divinidad que le enviase la ayuda que tanto necesitaba.

Su cuerpo estaba cubierto de quemaduras graves más poco o nada le importaba, en estos momentos la seguridad de su criatura le era la única prioridad existente, quitándose la capa que la protegía del frío contrastante del prado herbazal cubrió a su primogénito para evitar que se congelase, antes el fuego le derretía la piel , pero el gélido clima de la arboleda le cortaba cada parte del cuerpo como cuchillas de hielo, había sido abandonada por dios.

Podía percibir cómo su cuerpo estaba por desfallecer, temía el dejar solo a su bebé enmedio de un lugar tan helado y peligroso como lo es el bosque nocturno, por lo que, amilanada, recurrió a su última alternativa.

En una oración inaudible se entregó a la naturaleza, otorgando su cuerpo y ofreciendo su alma a cambio del bienestar de su cría, lágrimas huían de sus ojos hasta tocar el pasto bajo sus pies, hincada rezó, esperando con anhelo una respuesta.

A su alrededor el tiempo pareció detenerse, el viento que movía las hojas de los árboles se hallaba inexistente y la luz de la luna se hizo presente con la misma intensidad que el brillo del sol. Había sido escuchada.

JAIDEN ONE-SHOTS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora