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Ni bien pisó el suelo Qatarí, quiso ir de manera rápida a buscar a su omega.

Para él fue muy difícil, podría decir que una de las cosas más difíciles que ha hecho en su vida, separase de su omega recién marcado. Quería tenerlo para él, abrazarlo, besarlo, llenarlo de amor y protegerlo.

Lamentablemente tuvieron que separarse, aún no sentía completamente a su omega, pues no estuvieron juntos el tiempo suficiente después de la marca. Quería ver su dulce sonrisa, sus preciosos ojos, quería tomar su mano, mostrarle al mundo que ambos se pertenecían.

Llegó cuatro horas antes de lo que le dijo a su omega, quería sorprenderlo, decirle lo mucho que le hacía falta.

Primero debían instalarse en el hotel asignado, lo bueno era que en ese mismo hotel se quedaría la selección de su amado.

Para él era un sueño estar en el mundial de fútbol, cuando fue convocado lo primero que hizo fue llorar y llamar a su omega, no podía controlar su emoción.

Ahora que estaba aquí no lo podía procesar completamente, su sueño estaba cumpliéndose y junto a un gran equipo entre los cuales estaba presente el gran Lionel Messi, a quien había admirado desde pequeño, el gran omega que con su talento llegó a ser el mejor del mundo.

La selección llegó al hotel y se empezó a instalar, Cristian no podía con la impaciencia, necesitaba encontrar a su omega, Son ya le había indicado el número de habitación en la que se encontraba, ni bien ingresó a su habitación dejó sus cosas, tomó la respectiva llave y salió a buscar buscar su omega.

Una vez frente a la que era la habitación del omega, pudo sentir su olor, su delicioso olor a almendras y vainilla. Quería romper la puerta que lo separaba de su pareja e ir a abrazarlo pero debía controlarse, unos segundos más no eran nada a lado de los días que pasó sin él.

Son escuchó unos toques en la puerta de la habitación, pensó que era alguno de sus compañeros, abrió la puerta y lo primero que hizo fue soltar lágrimas.

El alfa frente a él era su pareja, su amado, su otra mitad, no pudo contenerse y se lanzó al alfa el cual lo tomó de la cintura y lo cargó. Ingresó a la habitación junto al omega y cerró la puerta. Una vez dentro empezó a solar sus feromonas para calmar al omega en sus brazos. Son sintió el aroma que más amaba en el mundo, menta con chocolate, y buscó en el cuello de su alfa, empezando a olisquear y besar su cuello.

-Omega - escuchar la voz de su alfa, hizo que Son soltara un pequeño gemido de emoción. Su alfa estaba con él, estaba abrazándolo.

-Alfa... te extrañé - Cristian escuchó la voz de su omega, la dulce voz de su otra mitad y soltó unas lágrimas, no sabía lo mucho que lo había extrañado hasta que lo tuvo en brazos.

-Omega, mi dulce omega, mi Sonny. Te extrañé mucho, amor. - Son levantó el rostro y vio las lágrimas en los ojos de su alfa, limpió esas lágrimas con pequeñas lamidas y besó los labios del contrario, esos labios que había extrañado, esos labios que lo llenaban de palabras llenas de amor.

-Alfa, mi alfa, mi Cuti - Critian sentía que su mundo volvía a estar en paz, tener a su omega a su lado era lo que más quería y ahora estaba con él.

Era un momento cargado de sentimientos, de añoranza. Alfa y omega se envolvieron en un sin fin de caricias y besos, ambos se demostraron el amor que sentían el uno por el otro.

El alfa amó a su omega y el omega amó a su alfa.
Volvieron a marcarse el uno al otro, sintiendo su unión un poco más completa.

Luego de unas horas, el alfa llevó al omega a tomar un baño, se adentro en la tina llena de agua tibia. Se sentó y puso a su omega en su pecho.

Mi SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora