JAIDEN ONE-SHOTS.

Duchas. 🚿

Tres días después del episodio ocho.

-Lo digo en serio, el baño privado de Kristal es increíble, las toallas huelen a lavanda, hay muchos productos capilares y el agua siempre está caliente- Expresaba la pelirroja con animosidad desde la pantalla de la tablet de Aiden, quien no dudó en prestarla para que las chicas siguieran en contacto; Una vez la alemana se escabulló para ducharse en dichas instalaciones, se había quedado encantada con las regaderas de la presentadora del show. Lastimosamente ya no podía gozar de la bañera de la anfitriona, pero las duchas del hotel en que los hospedaba el programa eran bastante decentes.

-¡Por favor dime que hay bombas de baño! Mataría por una de esas- Verbalizó la de ascendencia indú, hace tiempo que añoraba la espumosa sensación de una bañera caliente y perfumada.

-Creo que ví unas cuantas en una repisa- Declaró sonriente, la verdad es que ser expulsada no le afectó tanto como pensó en un inicio.

-Entonces lo mejor será aprovechar, no he visto a Kristal por aquí desde el último desafío, así que es hora de que mami se de un lujito- Bromeó la de hebras púrpura.

En su cama, el de iris turquesa oía la conversación, fingiendo escuchar algo con sus audífonos pero prestando atención a lo que decían, en cuando captó con ligereza las palabras "Bombas de baño" su interés creció bastante. Estaba obsesionado con probar esas cosas.

Una vez las féminas terminaron su llamada estas se fueron dejando al menor en la cabaña, sólo acompañado de un James dormido. A pesar del regreso de Karol, esta decidió mudar sus cosas a la choza del equipo verde, aún se sentía incómoda compartiendo dormitorio con dos chicos, en especial si eran ellos, dejándoles así la cabaña en su totalidad.

Se lo pensó un par de minutos pero al final decidió que, incluso si le atrapaban, tomar un relajante baño en esas instalaciones no le haría daño.

Una vez con su ropa, esponja, y toalla en mano, tomó camino al "área prohibida" que venía siendo el espacio donde Kristal residía durante el show.

Estaba muy alejado del resto del campamento pero era en verdad un bonito prado llano, el pasto en el camino estaba bien podado, con la vegetación a su alrededor siendo recortada a la vez que alterada para verse estética y pulcra. Tenía su propia gran caravana en la que presumiblemente se encontraba su habitación junto con el resto de sus cosas, cerca de este estaba su jacuzzi y a su lado había un pequeño pero extravagante bar tiki que gozaba de unas cuantas sillas de playa para poder relajarse bajo el sol, pero estas cosas poco o nada le llamaban la atención, no, él venía por algo mejor.

Por supuesto, el remolque de la ducha era a penas un poco más pequeño que el lugar donde Kristal dormía, pero seguía siendo muy grande y espacioso. Por fuera un vehículo como cualquier otro, pero por dentro, algo sacado de una revista.

Emocionado, se dirigió al baño privado de la presentadora. Con sólo abrir la puerta fue recibido por un agradable olor a vainilla y fresa, el piso resplandecía de lo limpio que estaba más no parecía resbaloso, como si se tratase de un supermercado, las repisas estaban llenas de diferentes artículos para el cuidado íntimo y de la piel, velas aromáticas perfumaban el ambiente a la vez que le brindaban calidez, las luces eran de un crema pálido, otorgando a la iluminación un significado calmo. Entonces aquí es a dónde se fue todo el presupuesto.

Dejó su ropa limpia sobre un lavamanos y se adentró en la ducha, cerrando la cortina tras de sí.

Abrió el agua caliente de la regadera y poco a poco fue integrando la fría para tener una temperatura perfecta.

Abandonó sus preocupaciones e inhibiciones una vez el agua calina acarició con dulzura su piel, extasiado recibió el nuevo estímulo con pleno gusto, permitiendo que las gotas cayeran sobre cada parte de su cuerpo sin oponerse, que sensación más deliciosa.