|CAPÍTULO CUATRO|

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Estaba rendido por un chico que me triplicaba el tamaño, parecía que odiara a todo el mundo y me dice insufrible cada vez que tenía la oportunidad.

Lo sabía, estaba perfectamente consiente de eso y si lo vemos de esa manera pareciera que a mí me gustaba la mala vida. Jeon Jungkook me tenía a sus pies, cuando el chico parecía que me matara con la mirada cada vez que me observa.

Bien, Yoongi, decidiste enamorarte del chico más difícil.

¡Pero es que nadie puede controlar al corazón! Y el mío era muy energético y se mandaba solo, muy solo, que con solo verlo amenazaba en salirse de mí solo para perseguirlo y darle un beso en la mejilla.

O bueno, era lo que yo quería hacer en lo profundo de mi ser, pero nadie debía enterarse.

Era claro, Jungkook no era alguien fácil tratar, pero había logrado algo que pocas personas han logrado... Hablar con él, logre la simple acción de que me prestara atención y me hablara, lo cual solo me hace pensar que voy por un increíble camino. Solo nos falta conocerlo, enamorarlo y empezar a salir.

Sí, la parte difícil, pero no imposible.

Me había pasado buena parte de la noche pensando en como acercarme a Jungkook y me había rendido fácilmente, todo parecía una mala idea, hasta que desperté y solo pude pensar en una cosa... Con acciones puede que lo logre.

Y aquí están viendo a la persona más detallista del mundo.

—Me gustaría saber por qué mi hijo está haciendo sandwiches con caritas y doble porción de todo —hablo mi mamá, quien veía todo lo que estaba haciendo desde el comedor.

—Estoy haciendo mi almuerzo para el insti, lo de todos los días.

—Yoonie ¿Por qué harías dos sandwiches de crema y frutas cuando tú solo te llenas con la mitad de uno?

—Me lleno con los tuyos porque los haces gigantes, mamá —ella rio, acercándose para ver mejor todo lo que estaba preparando.

—Esto está raro... Estás haciendo uno con plátano y tú lo odias.

—¡No lo odio! Solo no es mi fruta preferida...

—Y detestas la leche de plátano y compraste un paquete de seis ayer. Aquí hay gato encerrado, a ver dime la verdad ¿Quién tiene enamorado a mi hijo?

—¡Mamá! No... No estoy enamorado, solo... Solo es un amigo —me observo con aquella mirada de mamá que sabe absolutamente todo—. Bueno, no es amigo... ¡Estoy en proceso!

—¿Y quieres conquistarlo con comida? Eduque bien a mi hijo.

—Estoy muy lejos de conquistarlo, mami, por ahora solo me interesa conocerlo y ser su amigo y pensé que era un buen detalle llevarle de desayunar ¿No es mucho, cierto?

—Claro que no lo es, mi cielo, de hecho es muy lindo detalle. Alimentas el corazón y el estómago y así lo enamoras —guiño el ojo y acaricio mi pelo, yo solo sonreí— acaba rápido que se te hace tarde.

Termine de empacar todo como si de cajitas bento se trataran, en ese momento me cuestione si todo se veía demasiado infantil como para Jungkookie, pero le reste importancia. Le iba a gustar, estaba seguro de eso y cuando vea el litro de leche de plátano se va a morir.

Cuando llegue al instituto, fui directamente al salón esperando que Jungkookie ya estuviera ahí, pero para mi sorpresa su asiento estaba vacío y la clase empezaba en cinco minutos.

Él nunca faltaba, el universo debía odiarme demasiado para que justo falte hoy.

Y lo confirmé minutos después, cuando el profesor entro al salón cerrando la puerta detrás de él y dando por iniciada la clase, clase que no me interesaba prestar atención si Jungkook no estaba en ella, ahora estaba preocupado.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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