El Príncipe | Gay |

6

Después de comer, Prince les había rogado a sus padres para que lo dejaran ir a ver a Noah.

—por favor papá, será solo por hoy, además, quiero que me ayude con mi tarea de matemáticas, sabes que soy malísimo y Noah era el que siempre me ayudaba.

—bien bien, solo si es por tu tarea, le diré a Steven que te lleve pero cuando te comas todo.—señaló el plato que tenía frente a él.

—¡si! Gracias papá.

El señor Hilliard rodó los ojos con un asentimiento.

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—Prince, que bueno verte.—Lee sonrió cuando miró al chico en la entrada.—pasa, Noah está arriba.

—gracias señor Bracco, aam ¿cómo han estado después de lo qué pasó?—preguntó apenado.

—ah bueno, bien, ya todo menos tenso.—le sonrió tranquilizador.

—oh, bien.—asintió aliviado.

—sube, ¿gustas algo de tomar?

—oh no, estoy bien, gracias, iré...—señaló las escaleras, Lee asintió y se fue a la sala.

Prince subió las escaleras corriendo hasta llegar a la puerta de su amigo, desde adentro podía escuchar la música del grupo favorito de Noah, tocó la puerta en caso de que interrumpiera algo, pero Noah abrió rápidamente.

—¡Prince!

Noah saltó sobre el cuerpo del rubio aprestándolo en un abrazo.

—hola.—saludo correspondiendo el abrazo

—¿qué haces aquí?—lo miró después de soltarlo.—pasa.

Prince entró al cuarto de Noah, dejó su mochila en el piso y se tiró sobre su cama con toda la confianza.

—estaba harto de estar en mi casa, además tengo que contarte como me fue.

—¡es verdad! Cuéntamelo todo... espera.—se acercó sentándose a su lado.—oye, pero ¿cómo te dejaron venir?

—le dije a mi padre que necesitaba que me ayudaras con mi tarea de matemáticas, lo cual en realidad mentira no es, si necesito tu ayuda.

Noah sonrió revoloteando los ojos.

—bien, sabes que no tengo problema con eso. Pero bueno, ya dime, ¿qué tal todo en el reformatorio?

Prince soltó a carcajadas por la expresión del rubio.

—bueno, es horrible, el lugar parece que se cae a pedazos, un imbecil quiso golpearme, otro mi insultó, pero tengo un asesor súper guapo con un amigo súper guapo.

—ooye, eso no suena tan mal, a excepción del que te quiso partir la cara, ¿pero cómo está eso del asesor y el amigo guapo?

—el director me asignó un asesor que me ayudará hasta que me adapte, y bueno, me presentó a sus amigos y uno de ellos es guapísimo, tiene ojos verdes, es alto, cabello oscuro y cejas gruesas, dioooos, es hermoso, ah, y me llevó a mi casa.

—¡¿Qué?! ¿¡Cómo!?

—pues mi padre no pudo pasar por mi, me lo encontré en la salida y se ofreció a llevarme.