Tercero

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— En el principio, no confiaba en él. Pensé que en cualquier momento me humillaría o me hechizaría para vengarse de mi, por todo lo que hice durante nuestros primeros años en Hogwarts y después durante la guerra. Pero, por mas que lo esperara, jamás pasó.

Hermione lo miraba en silencio — mientras que la pluma escribía todo lo que Draco relataba.

— Tenía mucho miedo cuando salí de Azkaban, no sabía que haría, a donde iría, entonces él estaba ahí, esperándome. No sé que habrá visto en mi, pero el primer abrazo que me dio, disipó mis miedos por un segundo y simplemente me fui con él. — Draco miró por la ventana —. Todo era extraño Hermione, estar en su casa, que destinara una habitación para mi en ella, sus tratos y atenciones.

— Él era una gran persona...

— Lo sé, no tardé en darme cuenta de ello. La primera "navidad" como lo llamaba él, fue especial para los dos, en esa época recién supe algo de su vida y no solo lo que todos sabíamos desde pequeños. Supe de sus tíos, de su primo... aquella noche nos quedamos bebiendo y conversando hasta el amanecer, supe como se enteró de que era un mago y su llegada a Hogwarts, supe tantas cosas Hermione. Esa primera fiesta juntos marcó un antes y un después en nuestra relación.

Suspiró.

— Comencé a sentirme mas animado, me levantaba temprano y tomaba una ducha a diario, aprendí a usar todos esos horribles artefactos muggles sin magia y mi vida comenzó a tener sentido nuevamente. Harry iba a trabajar temprano y yo me quedaba en casa viendo televisión o escuchando música, Kreacher iba de vez en cuando, dejaba los víveres y se dedicaba a limpiar y ordenar. 

— Aprendí a cocinar, ¿Puedes creerlo? Draco Malfoy cocinando para Harry Potter — ser rió y suspiró nuevamente— por un tiempo, realmente, creí que esa era una buena vida, que podría ser mi vida.

Draco sonrió melancólico mientras miraba por la ventana y Hermione no pudo evitar sonreír también.

— No sé como, ni cuando, ni por qué, pero el Harry que conocí viviendo con él, era totalmente diferente al que conocí en la escuela. Era el Harry real, era humano, sonriente, preocupado, ese Harry que solo tu y Weasley habían tenido el placer de conocer. Y ese Harry, el verdadero Harry, se apoderó por completo de mi ser.

Pasó sus manos por su cabello.

— Un fin de semana que estuvo libre, bebimos nuevamente en nuestro hogar, él estaba contento porque había completado una misión difícil y le habían dado varios días libres para descansar...

" — Hoy vamos a celebrar — dijo Harry con una botella de whisky de fuego en las manos — Por fin hemos terminado esta misión después de muchos meses y por fin tendremos tiempo para salir y hacer cosas divertidas, Draco — completó con una gran sonrisa en el rostro.

— ¿Divertidas, eh? — respondió Draco, sarcástico — ¿Qué es divertido para ti, Potter?

— El cine, apuesto a que nunca has ido a uno, el zoológico, los animales no mágicos son muy geniales también y se me ocurren un montón de cosas más.

— Muero de ganas — respondió irónico, rodando los ojos.

— Bueno, te llevaré, quieras o no — sonrió mientras colocaba dos vasos en la mesa y lo invitó a sentarse junto a él.

Draco se sentó a su lado y se sirvió un vaso.

— Bien... — respondió con una leve sonrisa en los labios— puede ser divertido.

— Lo será, lo prometo — dijo con una enorme sonrisa.

Al verlo sonreírle de esa manera, Draco no pudo evitar que su corazón comenzara a latir rápidamente."

El dueño de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora