Los últimos días han pasado bastante rápido y puedo decir que mi situación ha mejorado un poco. No he visto a Yuno, lo que significa que su estadía temporal terminó y por fin se ha ido, y las cosas entre Minho y yo están comenzando a fluir con más confianza.
Se comporta muy atento últimamente; deja bocadillos en mi escritorio cuando me quedo tiempo extra, no me da tareas tan difíciles como antes y a veces doblega su carácter frío para entablar conversaciones conmigo. Sus detallitos me hacen sentir de una manera que no puedo descifrar y es un poco frustrante. Por supuesto que sigue siendo un amargado y en ocasiones discutimos por tonterías o porque le hago enfadar a propósito, pero me gusta cómo poco a poco me está aceptando y acercándose a mí.
Ahora estoy con él de camino a esa reunión que el señor Lee nos pidió que asistiéramos que, por cierto, es fuera de la ciudad.
Llegamos a un edificio bastante alto, que básicamente es un hotel con suites de lujo, cuyo dueño es el mismísimo director ejecutivo, y es aquí donde nos hospedaremos y donde se llevará a cabo la reunión.
Ya nos hemos tomado el tiempo de instalarnos en nuestra respectiva habitación, la cuál vamos a compartir. Según Minho, lo hicieron así porque él y el señor Lee acostumbran a compartir el mismo espacio cuando vienen a la reuniones, pero este último les hizo saber demasiado tarde que no se presentaría y no hay cambio que se pueda hacer. A mí no me molesta, total sólo será una noche.
Nos adentramos al elevador y Minho presiona el botón para llegar al octavo piso. Sólo somos nosotros dos y la suave música de fondo, lo que me resulta un tanto incómodo, pero creo que se debe a los nervios.
Desde aquí puedo oler la colonia de Minho, quien trae puesto un traje lujoso y su carota gruñona por supuesto. Lo admito, luce sumamente guapo, en cambio yo...
—¿Puedo preguntarte algo? —lo miro mientras juego con mis manos. Él asiente— ¿Crees que este vestido es apropiado o es muy ajustado?
Se rehúsa a mirarme y su prolongado silencio me hace pensar que pedir su opinión quizá no fue lo más adecuado. Claro, qué tonta he sido; a él poco le interesa. La tensión dentro del pequeño espacio se ha intensificado, entonces trato de anular la pregunta, pero él voltea a verme y quedo muda.
—¿Por qué importaría lo que yo piense? Es tu manera de vestir y si te sientes cómoda, nadie debe decirte nada.
—Ah... Claro.
No es precisamente la respuesta que estaba buscando, pero aprecio su honestidad. Creo que el estúpido de Yuno me mal acostumbró a sus comentarios y por eso pedí su opinión. Dejo salir un suspiro silencioso y observo mi reflejo en la pared del ascensor para acomodar el vestido, entonces la puerta se abre.
—Te ves bien, no te preocupes. —dice antes de salir a paso rápido.
Su voz salió tan sutil que, de no ser por el silencio del pasillo, yo no habría sido capaz de oírlo. Quiero responderle, pero va muy adelantado y para cuando llego a su lado, ya es demasiado tarde porque estamos frente a la entrada de un enorme salón finamente decorado. Hay muchas personas, todas vistiendo formal, y unos destacando más que otros.
—Esto es de ensueño. —musito, mirando alrededor.
¿Tanto empeño para una simple reunión? Bueno, no tan simple; hay mesas con comida, bebidas, candelabros de alta calidad y música clásica sonando de fondo. Me siento un poco abrumada porque no estoy acostumbrada a estar rodeada de un entorno tan sofisticado.
Minho saluda a un par de personas y me las presenta, sacando un lado extremadamente cortés que jamás había visto. Todos son muy acogedores, lo que alivia la sensación abrumadora que estaba experimentando minutos atrás. Después de eso, volvemos a quedar solos.
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Grietas del Corazón ; Lee Minho
Fiksi Penggemar¿Un chico malhumorado como él y una chica insoportable como yo llevándose bien? La idea de que pudiéramos congeniar parecía absurda en un principio, pero después de analizar cada fragmento de su corazón me di cuenta de que no es así. De cierto modo...