TU TURRITO ━━ ENZULIAN.

OO4

Julian.

Vio a Lauti llegar con una remera que nunca antes le había visto puesta. Se parecía a la que aquel morocho había recogido en la tienda.

«Podría ser...»

—Lau—lo saludó con un apretón de manos—. ¿Reme nueva?

Lautaro asintió.

—Seh. Fue un regalo de un amigo que conozco de pendejo, por mi cumple—explicó.

— ¡Feliz cumpleaños!

—Ya me lo dijiste ayer, Julí...diez veces. Pero gracias, supongo.

Julián sonrió—. Y...tu amigo, ¿de casualidad es un morocho de sonrisa linda? —preguntó, tratando de sonar casual.

Tratando.

Lautaro alzó una ceja—. ¿Te hablé alguna vez de Enzo?

— ¿Se llama Enzo?

Disimuló

— ¿Estamos hablando de la misma persona?

Silencio.

—Es que creo que lo vi cuando te compraba la remera. Tenía ropa bien de rochito—hizo memoria—. También le encajo una trompada al chico del mostrador alegando que su pito era grande.

Lautaro río.

—Ese es Enzurri. En realidad, hoy es su primer día aca en la facu, como vos-comentó Martínez.

— ¿Es nuevo en la ciudad o algo?

—En realidad no. Lo que pasa es que a su vieja la habían transferido por laburo a San Martín, pero ya esta de vuelta acá.

—Ah, bien—contestó, antes de que entrara la maestra para iniciar la clase.

Enzo.

La facultad no era el mejor lugar de todos. Tan pronto como se presentó en la institución, Enzo ya tenía miles de ojos posados sobre él y hasta algunas burlas.

Al parecer el como iba vestido no era bien visto, y podía jurar que habia escogido su ropa más decente.

Se encaminó hasta el aula de su primera clase; Accidentologia. La tenía con Lautaro. Al menos no sería tan agobiante el presentarse con una cara conocida entre el bullicio.

Entró al salón, habló con la profesora un momento y después se paró en frente.

—Chicos, tenemos un alumno nuevo. Preséntate, corazón —habló la mujer, mirando a Fernandez, éste sintió que estaba de nuevo en la primaria, se presentó y se dirigía a su asiento, cuando la mujer lo tomo del brazo.

—Muy bien, ¿alguna pregunta que quieran hacerle a Enzo? —continuó la profesora, seria.

El castaño ya empezaba a odiarla.

Un pibe de ojos claros levantó la mano— ¿Por que tardaste tanto en llegar? que onda no hay bondis en la villa? —y unos cuantos soltaron una risa.

— ¡Paredes! —regaño la profesora.

—No, está bien—dijo Enzo tranquilo— pasa que taba' en la fila donde nos formamos uno por uno para garcharnos a tu hermana, rubio culo roto. —finalizó y sin esperar un permiso, se fue a sentar a un lado del pelinegro. La clase se quedó en silencio a excepción de algunos cuantos que reían.

—Bueno...creo que es momento de empezar. Abran el libro en la página 132—comenzó la mujer.

—Hermano, no cambiaste nada—comentó Lauta sonriendo cuando la mujer estuvo lo suficientemente distraída como para no escucharlos.

—No sé a qué te referi', le dije la verdad al tincho con peinadito gay—contestó.

Julián rió sin querer.

— ¡Ah, Enzo! Éste es Julí, un amigo—dijo, señalando al mencionado—. Me comentaba que te había visto, cuando comprabas mi regalo y eso.

—Ahh...sí...también no' vimo' en el parque—contestó, viendo a Alvarez—. Se rió de mí.

— ¿Que? ¡no! —se defendió—. No me reí de vos, me reí con vos.

Enzo bufó—. tabas' como a dos metros de mí, me miraste y te reíste.

—En mi defensa, fue por tu remera, no por vos.

— ¿Que te pasa panchin? Esa es mi remera favorita.

— Sos joda, ¿quien usa de esas pasando los cinco años?

—Fue un regalo. De mi madrina, genio.

—Mi madrina me regala guita.

— ¡Y BUENO NO TE QUERRÁ FLACO!

— ¡Chicos, basta! —los paró Lautaro, entre risas. —No llevan ni media hora de conocerse y ya se están peleando como casados, Dios.

Julián rió y Enzo bufó sonriendo de lado.

Julian.

Enzo le había agradado y se dio cuenta de que lo había juzgado muy rapido la primera vez que lo vio, solo por su peculiar apariencia. Justo ahora iba junto con Lauti a buscarlo puesto que después de la materia que tuvieron a Enzo le tocó Fisica aplicada y a ellos Balística. Lo vio de lejos, estaba hablando con alguien.

Leandro.

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