CAPÍTULO 40

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-Ya es de noche...¿porqué no han llegado?- se dice a si mismo Tomioka dando vueltas en la entrada de su casa preocupado.

Pasó un tiempo y Giyuu se desespera cada vez más así que toma la decisión de buscar a su marido y sus hijos...comenzando por el hogar de su "hermano" por así decirlo, al llegar toca y toca pero no había respuesta hasta que escucha algunos quejidos y pedidos de auxilio por lo que entra rápidamente.

-A-ayuda! Tomioka!- suplica un chico omega con una gran mueca de dolor.

-¡¿donde está Sabito?! Debería estar aquí para este momento- rápidamente el pelinegro acomoda a aquel chico pues está entrando en parto.

-Se fue! Se fue desde temprano y no...no ha a regresado! Está doliendo mucho!- Noori intenta hablar entre jadeos de dolor.

-Te ayudaré, tienes que hacer mucho esfuerzo! Vamos- pasando saliva Giyuu se propone a ayudarlo a dar a luz pero al mismo tiempo pensando -|| Incluso Sabito está desaparecido, esto me da mala espina||-.

En un lugar un tanto alejado, un edificio grande y cerrado completamente están todos los pilares encerrados, sedados con tranquilizantes y encadenados impidiéndoles buena movilidad, él peor se encontraba atrapado fue Himejima que como se le conoce por su abrumadora fuerza, lleno de cadenas, dopado con tanto sedante y incluso le colocaron un bozal de metal.

-HIJO DE PUT* VAN A VER CUANDO SALGA DE AQUÍ Y HARÉ QUE SE TRAGUEN SUS BOLAS- reniega Sanemi desesperado por ver a su pareja en esa situación.

-Giyuu debe de estar preocupado...Ay no! Otra vez- dice entre diente Kyojuro hasta que siente náuseas nuevamente y no tiene de otra más que vomitar ahí mismo.

-IUK! Qué rayos comiste? Y este? Qué le pasa?- lo mira con cara de asco Tengen hasta que nota que un pelinaranja empieza a moverse de un lado a otro.

-Sabito? ¿Qué pasa?- pregunta el rubio confundido y algo mareado.

-Noori! Debe de estar entrando en parto! Esta solo...le prometí que iba a estar ahí...-explica preocupado el chico al sentir que algo anda mal.

-Que humillación es estar aquí...- voltea los ojos Iguro.

-No  te preocupes! Encontraremos la forma de irnos de aquí!- habla de manera positiva Mitsuri.

En eso entra un grupo de chicos con caras sonrientes y sintiéndose victoriosos.

-Se preguntarán porque están aquí- sonríe un chico de ojos marrones y pelo del mismo tono.

-Yo vengo de vacaciones...tarado- habla sarcásticamente Tengen.

-Calla vejete, están aquí porque nos enseñarán sus respiraciones, esos poderes tan fuertes!- agrega un chico rubio decidido.

-No serías capaz de realizar una sola postura larva asquerosa- menciona Shinazugawa molesto.

-Tendremos todo el tiempo del mundo...les daremos sus tres comidas al día y nos entrenarán o si no...-sonriendo astutamente el chico de cabello café enseña un saco, metiendo su mano saca jalándolo de su cabello rubio un cachorro asustado y llorando.

-Papá auxilio! Me duele!- grita llorando Kin, el más pequeño de los Rengoku.

-KIN! SUÉLTALO! AHORA MISMO! VOY A
ROMPER TODOS TUS HUESOS!!- agitado Kyojuro grita aún más enojado tratando de sacarse las cadenas pero por mucho que lo intente no lo logra.

-Llévatelo con los demás- sonríe aquel chico aventando a esa cría y voltea de nuevo con los pilares -Tenemos sus cachorros, ustedes decidan...entrenarnos o quedarse sin sus bebés- amenaza victorioso.

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