CAPITULO 13:

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ANDREW Y MÓNICA EN MULTIMEDIA

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—Bueno, es curioso lo que hizo Leslie, pero le debo las gracias por la ayuda que te prestó.

Fingió no estar al tanto de la situación, dejando pasar tambien su mentira. Se suponía que él debía hacer de cuenta que estaba enterado de todo por Leslie y no por ser espectador primario. Y quería que las cosas continuaran así. Primero porque le gustaba permanecer en el anonimato, y que nadie supiera de su vida. Segundo porque las buenas obras no se podían esparcir e irlas contando.

Era mejor así.

—Yo tambien le debo las gracias a ella. Independiente de lo que sucediera antes—se acomodó en la silla.

El terminó su desayuno y se limpió con la servilleta.

—Lo que me gustaría saber tambien, es qué te había ocurrido antes, para que llegaras así. De eso si no me habló Leslie—lo miró un momento a los ojos, pero de nuevo se retrajo en sí misma.

Como si las preguntas la incomodaran.

—Habían heridas de cortes en tus piernas—la animó— ¿algo de lo que tengamos que advertir a la policía?

Y decirle eso, fue como si le hubiese faltado al respeto, o le hubiera dicho que la matarían. Negó de forma vehemente con ojos aterrados.

— ¡No! No es necesario.

— ¿Podría tratarse de algún abuso?—ella negó con más fuerza.

—Nada de eso. Los cortes... fueron un accidente. A cualquiera le pasa. Me caí al suelo mientras venía hacia Los Ángeles, y por eso están ahí, nada más.

Se concentró en terminar su desayuno con bastante rapidez.

— ¿Un accidente? ¿Qué accidente en el pavimento ocasionaría heridas de esa forma?—ella volvió a levantar la cabeza de golpe.

—Una simple caída, señor Donnovan. ¿Qué, nunca se ha caído usted, de forma brusca? ¿Y porque le interesaría saber de dónde provienen esos cortes? ¿Tiene algo que ver con el empleo y mis responsabilidades aquí?—se puso a la defensiva.

—No en realidad, pero...

Ella se limpió con la servilleta, poniéndose de pie.

—Entonces si me disculpa y no hay nada que tenga que ver con mi empleo, y solo quiere saber mi vida personal, doy por terminada yo la reunión.

—Mónica, las cosas no son así, siéntate por favor.

—Gracias por el desayuno, señor Andrew.

—Mónica...

Y se fue, antes de que el tuviera más que decir.

Bufó, visiblemente frustrado.

Estaba claro. Le gustaban las mujeres. Pero no sabía tratar con ellas.

Llamó al mesero después de tomarse lo que quedaba del café, y se puso en pie cuando este llegó a recoger los platos.

— ¿Señor?

—Ya puedes recoger. Gracias por el desayuno.

Se encaminó a la entrada de la azotea, y antes de que cruzara la puerta, Leslie se le apareció de frente.

—Señor. ¿Ya acabó la reunión? Vi a Mónica pasar rápido por el pasillo y no atender a mi llamada.

—Mónica se fue antes de pensar en acabar la reunión. Se molestó con algo de la conversación. O bueno... yo la molesté—la gerente hizo una mueca molesta, antes de hacerse a un lado y dejarlo entrar al piso cuarenta.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora