CAPITULO 14:

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ACTUALIZACIÓN!!!!

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La charla con Flor, duró casi cuarenta y cinco minutos, de todo lo que teníamos que decirnos. Nada más saber que era yo, de verdad, se largó a llorar del otro lado, sin conseguir decir media palabra por cinco minutos. Al final me atacó a preguntas. Sí estaba bien, como había llegado, donde me estaba quedando. Y más importante aún. ¿Me habían descubierto? Le conté todo con pelos y señales, omitiendo algunas cosas, pues Nina y Kany estaban junto a mí, cenando. Aunque ninguna de las dos sabía español. Me desahogué todo lo que quise con mi mejor amiga, sin dejar de repetirle una y otra vez lo mucho que la quería y extrañaba. Y cuando ya todo quedó resuelto por mi parte, fue su turno. Y guardé silencio mientras me lo contaba todo.


FLASHBACK:

— ¿Cómo ha sido lidiar con el innombrable desde mi marcha?—comí una papa, después de ponerle salsa.

—No fue solo a ti, a quien le puso la vida de cabeza. Si regresaras a México, ya no nos encontrarías en nuestra casa. Tuvimos que mudarnos.

— ¡¿A dónde?!

Mis nuevas amigas, hablaban entre sí, y se hacían fotografías con el móvil de Nina.

—Adolfo empezó a acosarnos, desde que te fuiste. No cree cuando le decimos no saber de tu paradero o que no estés con nosotros. Piensa que te encubrimos. Por eso tuvimos que venir a vivir con el abuelo, lejos de la ciudad. Tu ex no hacía más que llamarnos o esperarnos cerca de casa para acosarnos. Así que nos quedaremos en la finca de Lelo. Estamos un poco estrechos, pero no importa.

— ¿Qué hay entonces del trabajo de tus padres y el estudio de tu hermanita y tú?—la sentí mover cosas del otro lado, y un grifo ser abierto, como si se preparara para dormir.

—No pasa nada. Papá trabaja desde casa, él no sabe donde trabaja mi madre, y con mi estudio y el de Eli... nos las estamos apañando. No te preocupes.

—Sigo causándoles problemas, incluso en otro país—gemí—lo siento, Flor.

—No digas tonterías, Moni. No nos causas problemas. Creo que nos beneficiaste. Hacía mucho no veníamos a visitar al abuelo, y Baba y el, están felices de tenernos aquí por tiempo indefinido. Lo importante ahora, es que tú estás a salvo.

—Y eso te lo debo a ti. No tendré como pagarte, Flor—la sentí negar.

—Me vale con que seas feliz y libre. Ya nos encargaremos de Adolfo. Papá y yo tenemos en mente ir a denunciarlo.

— ¿Qué se sabe de él?—pregunté, tomando refresco.

—Hasta ayer... merodeaba por casa, según una de las vecinas. Anda buscándote desesperado. Muy desesperado. Sus amigos se han dividido por otras partes de México. Consideran que tomaste algún camión y estás en otra ciudad.

— ¿No vendrán a buscarme aquí a Los Ángeles?—se me revolvió el estómago del susto.

Que lo hicieran, sería el fin del mundo para mí. Y podían ser muy capaces. Adolfo tenía la visa americana, vigente. Llegar a California le sería más fácil de lo que fue para mí.

—No creo que lo tomen a consideración, Moni. Sabes que son brutos por naturaleza. Cuando lo consideren, ya no te encontrará nunca.

—La Morenita te oiga. Porque no dejo de temer, así esté en otro país. Y tampoco creo tener posibilidades de huir, aquí, o encontrar beneficios si estoy como ilegal.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora