Capítulo 225

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- Gracias por venir tan rápido.

Me abrazo a José.

- No quería estar sola.

Prometo. Después del encuentro con Sebastián le he contado por teléfono lo que ha pasado y no ha dudado en aparecerse por aquí.

J: No tienes que excusarte por pedirme que te acompañe, canija.

Entre sus brazos vuelvo a sentirme una niña. Es lo que tiene ser su hermana menor.

J: Sabes que estoy para lo que sea.

- Sí.

Lo sé, y agradezco su apoyo. Es una suerte tenerle en mi vida.

J: ¿Te apetece hablarlo?

Me encojo de hombros.

- No hay más. Solo lo que te he contado.

Estaba alterada al llamarle y le he preocupado, por lo que no ha esperado en llegar aquí para enterarse de lo ocurrido.

J: Igual podrías poner más seguridad en casa y...

- José.

Le freno.

- Me abordó en la calle, y no me hizo daño.

Le recuerdo. Es cierto que me he quedado con mal cuerpo y esta noche me siento más segura si mi hermano duerme en casa conmigo, pero tampoco pretendo hacer un gran lío de esto.

J: Vale.

Acepta.

J: ¿Ponemos una peli y nos inflamos a guarradas?

Me hace reír ligeramente. Dentro de lo que cabe no se me ocurre un mejor plan.

- Es que no tengo nada en casa.

Desde que empecé la dieta he evitado entrar las chuches o cualquier cosa que podría tentarme.

J: Eso se soluciona fácil.

Tira de mi.

J: Vamos a comprar.

Narra Mateo

Abro la puerta. Después de una semana en que Sebastián no ha querido saber de nada, hoy hemos quedado a hablar.

+ Pasa.

• Gracias.

+ ¿Cañas?

Intento romper el hielo y que las cosas se mantengan calmas. No puedo permitir que me quite a Eva.

• Café.

Lo preparo y me decanto por un vaso de Coca Cola para mí.

• Mateo, necesito saber toda la verdad.

Suspiro temeroso. No sé de qué es capaz Sebastián.

+ No hay verdades a medias, Sebas, no sé qué pasó con vuestro bebé.

Prometo.

+ No llegó a decírmelo.

• Te enamoraste de Malú.

Me acusa.

+ Sí.

Sería imposible negarlo. Me vio salir corriendo tras ella aquella noche en que todo explotó, llamarla por motes cariñosos y desaparecer en el hospital dejándole en mi casa sin explicaciones.

• ¿Por qué no me lo dijiste?

Resoplo.

+ Porque es ella.

Ella. Una palabra tan cortita que abarca tantas cosas. Su ex. La mujer a la que tenía que investigar. La que se robó mi corazón.

• ¿Y Malú?

Indaga.

• ¿Esta enamorada de ti?

Me encojo de hombros. Quiero asegurarle que sí. Que todo lo que vivimos estos meses fue real. Que fui capaz de curar poco a poco algunas de sus heridas y ganarme mi propio sitio en su corazón, pero no voy a exponerla.

+ No lo sé.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora