Viajar por Europa es algo divertido de hacer. Puedes ver monumentos, aprender sobre diferentes países y sus culturas y vivir tu mejor vida con tus amigos.
La parte no tan divertida es haber de saltar de ciudad en ciudad mientras intentas encontrar un lugar seguro en el que quedarte después de que el diablo te machaque delante de todo el maldito Vaticano.
Después de que Lilith las sacara a todas (menos Mary, quién desapareció durante el combate) del Vaticano, huyeron y pasaron los siguientes días escondidas juntas, con la esperanza de no perder a nadie más. Pese a todo, al final tuvieron que separarse para pasar desapercibidas y mantener a Ava y el Halo a salvo.
La Madre Superion y Camila volvieron a España para mantener un ojo en todo e intentar salvar lo que quedaba de la OCS allí, Lilith se fue en busca de venganza por Mary antes de que pudiesen pararla, y Ava y Beatrice tomaron la carretera.
Esconderse era lo último que Ava quería hacer, pero la Madre Superion había sido muy clara con sus instrucciones: debían mantener el Halo, y por lo tanto a Ava, a salvo y lejos de Adriel y sus seguidores hasta que supiesen como pararlo.
~
La primera semana fue difícil. Las tensiones eran altas, la explosión en el Vaticano estaba en todos los canales de noticias, y la esperanza de que todo volviese a la normalidad se había desvanecido por completo.
Ava y Beatrice habían llegado a un pequeño pueblo en Suiza después de vivir en un coche los primeros días. Eran conscientes que podían haber llegado en menos de un día, pero tuvieron que mantenerse alejadas de las autopistas y carreteras principales para evitar cámaras de seguridad además que Beatrice era la única de las dos que podía conducir (aprender estaba en los planes de Ava, pero había estado ocupada con todo el tema de resucitar y tener que luchar contra demonios).
Cuando por fin llegaron, la Madre Superion había movido hilos y pedido favores que le debían y les había conseguido un pequeño apartamento en el centro además de trabajo en un bar que estaba a unos minutos del apartamento. También les había conseguido un teléfono imposible de localizar que debían usar para contactar con Camila cada dos días y un ordenador que encriptaría todo lo que subiesen al servidor seguro de Camila.
Uno pensaría que después de compartir un coche durante días sin manera alguna de ducharse y un solo cambio de ropa para cada una, no tendrían ningún problema compartiendo un apartamento minúsculo. Ava definitivamente no lo tenia, estaba deleitada con tan solo tener un lugar al que llamar suyo por primera vez. Y Beatrice, quien había pasado la mitad de su vida compartiendo habitación en el internado, normalmente tampoco tendría ningún problema con volverlo a hacer. Excepto.
—Oh.
—¿Qué pasa?
—Solo hay una cama. —Beatrice gesticuló hacia su único colchón y rápidamente añadió—. No pasa nada, eres la Monja Guerrera, tu te quedas con la cama y yo dormiré en el sofá.
—¿Qué? —Ava tardó un momento en darse cuenta de que Beatrice estaba hablando en serio—. No digas tonterías, Beatrice. Es una cama grande, podemos compartirla.
Y eso hicieron.
Cuando llegó la primera noche en su nuevo hogar, cada una se tumbó en el que se convertiría en su lado de la cama. El de Ava era el izquierdo, el más cercano a la puerta para asegurarse que si alguien entraba a por ellas, pudiese usar el Halo para pararlos sin poner en peligro a Beatrice, quien eligió el lado más cercano al armario repleto de armas.
Estando tumbadas en el colchón en silencio, Ava podía notar la tensión en Beatrice llenando el espacio entre ellas.
—¿A qué le estas dando vueltas?
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Un nuevo día [Avatrice One-Shot]
FanfictionAva y Beatrice viviendo juntas en Suiza durante el salto temporal entre la primera y segunda temporada de Warrior Nun o Uno pensaría que después de compartir un coche durante días sin manera alguna de ducharse y un solo cambio de ropa para cada una...