VII

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Los días siguieron pasando y la flor que había florecido se iba marchitando lentamente.

—¡¡Shinsou!!, ¿está todo bien?— me acerqué a la camilla —¿dónde te heriste?—.

—Estoy bien, solo necesitaba hablar contigo— dijo serío, presagiaba a lo que iba la conversación.

—Bueno, debió ser en otro momento, en las otras salas necesitan mi ayuda— él me detuvo en tanto intente irme.

—Este es el único lugar en que podemos hablar en privado, a menos que él sea tan posesivo de venir a vigilarte aquí—.

—Katsuki no me vigila, solo es un poco sobreprotector— defendí.

—Dios, realmente te trae como quiere— insultó.

—¿Disculpa? Katsuki no me trae como quiere, solo somos amigos— respondí ofendida.

—Lo sé, si fueran novios seria capas de poner hasta cámaras en este lugar—

— ¿A qué viniste?, ¿a hablar mal de Bakugou?— cruce mis brazos con el ceño fruncido.

—Parecido, solo... — tomo mis manos, su mirada, contacto con la mía, la misma mirada de katsuki — quería recordarte que tienes otras opciones, que no tienes que conformarte con lo que te da ese imbécil —.

— Eso no es asunto tuyo— me separe de él.

— si me incumbe, no te das cuenta de que tiene media academia amenazada para que no se te acerque, no te das cuenta de que te está aislando para poder controlarte— desesperado.

— ¿Y tú lo acusas de controlador?— dije en un momento de debilidad y molestia.

— Mejor me voy, solo... quiero que estés bien y ojalá les vaya bien— se retiro decepcionado con la cabeza baja.

Real, lo había jodido.

—¡¡¡Shinsou espera!!!—fui corriendo detrás de él — perdón, no fue mi intención... no he tenido una buena semana — dije apenada.

Sus brazos me reconfortaron en aquel momento — ¿es por él, no?— aunque no quería aceptarlo, asentí con la cabeza.

Eijirou se levantó a abrir la puerta, estábamos tomando desayuno, ella vestía un vestido de tweed de corte recto y escote en V con un cárdigan de lana junto a un maquillaje sutil.

—!! Tío Eijirou¡¡— se escuchó el grito infantil desde la puerta principal seguida de la prontitud de un par de pasos —¡¡Mami!!— .

El niño se tiró a los brazos de su madre, siendo correspondido y acogido por ella, el niño se me quedo mirando un momento para después hablarle al oído a su madre.

—Holis ¿cómo te llamas?— dijo mientras se sentaba al lado de Tn_ — Yo me llamo Daiki Kirishima—.

—Bakugou Katsuki — el sonido de otros pasos llamo mi atención y la presencia de una cabellera blanca entrando a la habitación.

—Buenos días — saludo a la loca con un beso en la mejilla y se acercó para estrechar la mano — hace mucho que no te veía Dynamite —.

—Igualmente, no había sabido nada de ti el último tiempo— miré el rostro de Tn_ —así que Natsuo Todoroki es caramelito—.

Los gritos de emoción resonaban por la cafetería de la academia. Fue de las últimas cartas que mando Katsuki, cuando la recibí tenía la esperanza de que en ella intentara oficializar. La leí en voz alta a mi grupo de amigos pausando en cada punto o coma para gritar de emoción sin darnos cuenta del escándalo que estábamos armando. No falto mucho para qué la presencia explosiva del remitente acabará con nuestra lectura.

I Love You So •[Bakugou y Tú]•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora