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Podría considerarsele despistado, quizá un poco obtuso, distraído también era una buena descripción, pues para no notar el particular comportamiento que Quackity estaba teniendo con él, tenía que considerarse al menos uno de estos adjetivos.

No había pasado mucho desde su viaje a México por los Esland, dónde se había encontrado con el más bajo en persona luego de tantos meses, y en dónde todos notaron la especial atención que este tenía con Spreen desde el minuto uno, todos excepto Spreen.

Quackity se caracterizaba por ser una persona muy amable, tierna, el tipo de persona que no le podría caer mal a nadie, pero, el ser físicamente muy cariñoso no era algo que lo describiera.

Claro que el azabache podría dar abrazos, apoyarse en los hombros de otros, bromear con golpes, claro que hacía todo eso con sus amigos y no se llegaba a avergonzar de ello, pero él solo lo hacía cuando la situación lo ameritaba, es por eso que todos se extrañaron cuando notaron como Quackity comenzaba a abrazar en cada momento que pudiera a Spreen, a sentarse muy cerca de él, a rodear sus hombros con su brazo, a tratar de tomarle la mano, o simplemente a estar continuamente en su mismo espacio, pero nadie se atrevió a decir nada.

Pero lo que más les sorprendió a sus amigos fue la actitud de Spreen ante el repentino aumento de cariño de Quackity, pues el más alto parecía no inmutarse con ninguno de los acercamientos del contrario.

Esto extraño especialmente a uno de ellos, a Carrera.

Carrera era una persona muy cariñosa con sus amigos, y al tener a Spreen como mejor amigo era más consciente que nadie que al azabache le disgustaba el contacto físico, por ello, siempre que veía a Quackity encimarse un poco más sobre él solo podía quedarse congelado al no entender porque su amigo no reaccionaba de ninguna forma, ¿Acaso no percibía el cariño que el de gorro le estaba brindando?

Conforme pasaron los días en su estadía en México, sus compañeros notaban cada vez más las muestras de cariño que Quackity tenía con Spreen, y el joven castaño necesitaba obtener una respuesta a lo que estaba pasando más que nadie, por lo que decidió preguntarle directamente a quien era iniciador de la situación, Quackity.

- Eu, y vos con Spreen - mencionó llamando la atención de su contrario, quien en este momento se encontraba milagrosamente solo, sin la compañía del argentino (lo cual, en estos días, era raro) - ¿Qué es lo que se tienen? - pregunto sin rodeos.

- ¿Yo y Spreen? - dijo con un notorio nerviosismo en su vos - ¿De qué hablas, wey? - volteo a su izquierda para evadir la mirada del contrario, y evitar que se viera como sus mejillas comenzaban a colorarse.

- Dale, no te hagas el boludo, es re obvio como le andas siempre encima - dijo el castaño buscando la mirada de su contrario.

- Mira, no se de qué hablas, pero a mí me parece que estás celosa de mi gran amistad con el Spreen - fingió un poco de indignación, bromeando para poder escapar de la conversación de la forma más natural posible.

Carre solo vio como su contrario salió para dirigirse a la sala donde se encontraban los demás, y pudo observar como Quackity se sentó a la par de Spreen con un pequeño color rojo adornando sus mejillas. Sonrió, porque a pesar de no haber obtenido una respuesta verbal del menor, si que se hacía una idea de que estaba pasando, pero primero tendría que preguntarle algo a Spreen, solo para estar seguros.

Pasaron unas horas para que Carrera pudiera encontrarse con Spreen a solas, tuvo que esperar hasta que fuera hora de dormir para así estar a solas con él ya que ambos compartian recámara, y de ese modo nadie más podría acercarse a interrumpirlos.

- Oye wacho - pronunció haciendo que el mas alto apartará la vista de su teléfono - ¿Vos y Quackity que se traen?

- ¿De qué hablas? - pregunto con un genuino tono de confusión.

very loving ❗❗❗| spreen x quackity Donde viven las historias. Descúbrelo ahora