CAPITULO 17:

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ANDREW Y MONI EN MULTIMEDIA

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Un día después...

— ¿Andrew?

Levantó la cabeza de unos informes que estaba leyendo en la oficina, cuando la puerta se abrió y apareció Leslie frente a él.

Eran las diez de la mañana, momento indicado para citar a su gerente, y ponerse manos a la obra, con ese cuarto que contenía humedad en sus paredes. El pensar que tal vez una enferma Mónica se estuviese quedando allí, no lo dejó dormir. Le traía el recuerdo de su hermanita Holly cuando estaban niños en la finca de los abuelos, y ella enferma de una virosis, sin muchas posibilidades de calentarse en pleno invierno. Y la abuela haciéndose la de oídos sordos, por orden de Stephen y Jade.

Ahora ese problema con su empleada se resolvería, como que él se llamaba dueño de Hoteles Donnovan.

— ¿Me mandaste a llamar?—cerró la carpeta.

—Así es, Leslie. Pasa y cierra la puerta.

Ella obedeció, y tomó asiento frente al escritorio.

— ¿Pasa algo malo?—indagó, un poco temerosa.

¿O eso se lo pareció a él, porque algo le decía que la gerente había acomodado de malas maneras a Mónica en el peor de los cuartos?

—Eso lo descubriremos en un momento—la miró con seriedad—me gustaría saber algo. No es nada del otro mundo, pero me da curiosidad—ella afirmó— ¿sabes de casualidad donde duerme la señorita Guerrero?—Leslie parpadeó confusa.

— ¿Señor?

Era obvio que no se esperaba esa pregunta.

—Sí. Sé que pocos de los empleados se quedan durmiendo aquí en el hotel y pagan un coste muy pequeño por ello. Como Nina y Kany. Pero no he sabido nada de Mónica. ¿Tiene algún apartamento donde duerme para venir a trabajar?—fingió desinterés.

—No, señor. La señorita Guerrero, tambien se hospeda como sus compañeras en el hotel.

—En los cuartos de huéspedes empleados.

—Naturalmente, señor Andrew. ¿Por qué?

— ¿Y en cuál de todos se queda?

La vio tensar un poco la espalda.

—En el piso quince, eso ya lo sabe. Allí se quedan los empleados.

Tanta reticencia a hablar.

—Lo sé, Leslie. Me refiero que cuarto. ¿Podrías mostrármelo, por favor?

—Por... por supuesto. Es un buen cuarto.

Se levantaron los dos, y él le indicó la salida, para revisar la habitación.

—No te pregunto si es o no, un buen cuarto. Enséñamelo.

Y sin más, aunque un poco reticente, la gerente lo guió hacia el cuarto donde estaba hospedada la nueva empleada.

—Ella no está allí, en este momento. ¿Verdad?

—No, señor. Limpia el gimnasio en compañía de la señorita Parks. Por lo que no sabrá que estamos en su habitación.

Bajaron hasta el piso quince, y como no, Leslie se detuvo delante del cuarto de la noche anterior. El 15-2. Sin pensarlo mucho, buscó entre las llaves que poseía de todo el hotel. «O de la mayoría de las instalaciones» y abrió el pequeño cuartito. Entró en compañía de la gerente.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora