El abraso que me a transmite la emoción que siente.
-Lo lograste, hija. Lo lograste mi amor.
Su voz se quiebra y no puedo evitar derramar lagrimas, cuando en un momento no tenía esperanzas de vida, del destino me da sorpresas y puedo seguir abrasando al hombre más importante de mi vida.
-Papá -musito con la garganta apretada.
Me aparta de su pecho y me queda mirando, se ven claramente sus ojos cristalizados y comienza a acariciar mi cabello.
-¿Te sientes bien? ¿Cómo estas?
-Más tranquila... estoy feliz de haber salido, fue mucho tiempo.
-Mi chiquitita... no esperemos mas y nos vamos a casa.
Asiento sonriendo y no puedo evitar que la felicidad inunde cada una de mis celulas, por fin podre ver a mis seres queridos.
-Yo pensé que ya se habían ido.
Nos damos media vuelta y vemos a la cirujana encargada de mi operación.
-Estabamos a punto de salir -contesto.
-Eso esta muy bien gladiadora... te espero dentro de tres meses para hacerte un examen rutinario y evaluar que todo este bien.
-Muchas gracias... si no hubiese sido por usted, yo...
-Tu hiciste el cincuenta por ciento y nosotros el otro cicuenta por ciento... espero no verte mas por aquí ¡Claro, pero en el buen sentido!
-Yo también espero lo mismo... reitro los agradecimientos y el cuidado.
-No te preocupes... nos vemos en tres meses.
Nos damos la mano, un abraso y triunfantemente salimos de ese frio y desolador lugar. En mi estadia vi como muchas vidas se apagan y estoy tranquila y orgullosa que haya podido salir para seguir con la mia... me quedan muchas cosas por cumplir y metas por logras... ademas un amor que atender.
Luego de semanas en la clínica puedo salir y tomar un poco de aire fresco, me llenan los pulmones y ya no necesito de esa horrible mascara en mi rostro, el viaje camino a casa es en silencio, no son necesarias las palabras para hacer saber la alegría mutua que sentimos.
Mientras mas nos acercamos, mas es la emoción que siento por llegar y descansar en mi hogar, en mi ambiente.
Cuando mi papá estaciona frente a la casa, no puedo evitar el cosquilleo en el estomago y la sonrisa que se va formando por mi rostro, lo unico que pienso es "Por fin en casa".
Salgo del vehículo y me quedo un momento mirandola. Veo a mi papá con el bolso de hospital.
-¿Mucho cansancio?
-Un poco... quiero dormir en mi cama, es más comoda que la camilla.
-Espero que puedas aguantar unos minutos mas.
Lo quedo mirando unos segundos y camino hasta la puerta de la casa, mi papá saca las llaves y la abre. Un escalofrío recorre mi espina dorsal al ver en la mesa central un pastel y a los lados a Gabrielle y Diego. Los quedo mirando sin saber que hacer o decir.
-¡Bella! -Exclama Gabrielle.
Mis ojos se cristalizan y no sé qué hacer.
Sientos los brazos de Gabrielle rodearme y no puedo evitar llorar, hace mucho que no los veía y pense que no lo haría mas.
-Bella -vuelve a repetir.
Me quedo en un estado catatonico y ni siquiera puedo reconocer los sentimientos que pasan fugazmente por mi ser... pense seriamente en que no los volvería a ver y menos a Diego luego de todo el tiempo en el que estuvimos alejados el uno del otro.
ESTÁS LEYENDO
Heartstrings - Cuerdas del corazón.
Teen FictionUna historia llena de amor y sentimientos acompañada de la música.