𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 05🎲

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Cortejar a su Omega debería ser fácil ¿no?. Después de todo él propio era quien había ido en su búsqueda y con solo una mirada Jungkook supo que su lobo estaba en completa sintonía con el suyo.

Ambos dispuestos a compartir su vida con el otro. Para ello debía cortejarlo, pero antes debía pedir su permiso y el Alfa era demasiado tímido para ello.

¡No tenía idea de como decirle a su Omega que lo dejara cortejarlo!. Quizás pensaría que era muy pronto, aunque eso no lo sabría si no le preguntaba.

Había transcurrido una hora desde que el príncipe llegó a su hogar y el ambiente dejaba de ser tenso e incómodo con cada segundo que pasaba.

Jungkook había descubierto que Jimin, su Omega, poseía la sonrisa más hermosa que había visto en su vida. Sonreía con cada una de sus acciones. De más estaba decir la torpeza en cada una de ellas.

Él no era así. Tal vez fuese un Alfa algo tímido y reservado pero no ¡tan torpe!. Suponía que todo era culpa de los nervios por tenerlo tan cerca. Con su delicioso aroma a canela, con un toque de vainilla y algo más allí.

Muy leve, pero Jungkook sentía otro aroma en él. Era consciente de lo que significaba eso; aunque ya lo sabía desde el primer momento en que lo vió en el mercado.

Que era su destinado, ese tercer aroma que sentía en él era la mayor prueba de ello y, suponía que el Omega también encontraba un olor desconocido para él.

Su abuela le comentó varias veces sobre esos temas. Al no ser muy usual encontrar a su pareja destinada, todo se había convertido en mitos y leyendas. Pero ahí estaban ellos, eran la prueba de que si existían.

Entre otras cosas, Jungkook estaba hipnotizado por cada pequeño de sus gestos, desde sus labios convirtiéndose en preciosos pucheros a causa del frío. Por lo mismo el Alfa le había cedido su abrigo y tomó otro para él.

Sus mejillas se encontraban sonrosadas y sus labios del mismo color durazno. Cada vez que sonreía sus ojitos se cerraban desapareciendo en finas líneas. Precioso.

El Alfa encontraba todo fascinante en su Omega. Tanto él como su lobo se encontraban flotando en una ola de satisfacción con la cercanía que se había formado entre ellos.

Ambos sentados en un mismo sofá, sus manos relativamente cerca, Jungkook temblaba por el deseo de tocarlo, solo un poquito de nada para calmar al lobo dentro de él que lo estaba volviendo loco.

Volviendo al tema inicial. El Alfa moriría en cualquier instante, las palabras estaban en la punta de su lengua, tan fácil como decir "te gustaría que te cortejara"; solo que no salían y cada vez se desesperaba más.

ㅡJungkookie. ¿Me estás escuchando?.

El Alfa agitó la cabeza enfocando al hermoso chico frente a él. Ah sí, el Omega ahora le llamaba Jungkookie o Alfa, terminando de acabar con la poca cordura que le quedaba en su atontada cabeza.

ㅡYo... Sí, claro. ㅡEl Omega sonrió ante el rostro abochornado de su Alfa. Nunca había conocido a alguien tan tímido y a la vez tierno como él. Lo amaba, en sólo una hora y estaba seguro de que deseaba pasar su vida a su lado.

ㅡLuces demasiado tierno avergonzado Alfa.

ㅡLo siento. ㅡEl Alfa se excusó. ㅡEstoy demasiado nervioso. De-debes pensar que tienes un Alfa idiota. ㅡBalbuceó enlazando sus manos y jugando con sus dedos.

El Omega acarició las manos inquietas uniéndolas con las suyas, acercándose al Alfa, acarició su mejilla con su nariz. Una marca de olor. Jungkook se quedó sin aire por un instante.

Ice Heart⊰᯽⊱KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora