Capítulo 1

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Despierto sobresaltada al escuchar el estruendo de un plato rompiéndose en la planta baja. Al mirar a mi izquierda, encuentro el colchón vacío. Me levanto y camino hacia la puerta, suspirando aliviada al escuchar a mi esposo con los dos pequeños, sin llantos. Dirijo mis pasos al baño de la habitación para comenzar el día. Una vez cambiada, bajo las escaleras y me encuentro con los dos pequeños Evans corriendo detrás de Dodger hacia el jardín. Parecen tan entretenidos que ninguno se detiene a saludarme antes de salir al patio trasero.

- Hey .-lo saludo al entrar en la cocina. Suelto una risita al ver a mi esposo sobresaltarse.

- Me asustaste .-dice, llevándose una mano al corazón para regular su respiración.

Río levemente mientras me subo a la barra y lo miro.

- Lo siento, mi amor. ¿Qué se rompió? -pregunto.

Me mira con los ojos abiertos, pero luego finge una sonrisa.

- Nada .-responde, besándome antes de regresar a la estufa e ignorarme por completo.

- Chris .-alzo las cejas.

Escucho cómo suelta un suspiro, deja la espátula y vuelve a mí, colocándose entre mis piernas.

- Amelia tenía un tazón con galletas y a Dodger parecen gustarle .-explica con una sonrisa inocente.

- Chris .-me cruzo de brazos.

- ¿Qué? ¡Es en serio! Brincó intentando comer una y hizo que Amelia soltara el plato.

- Sé que Dodger es capaz, pero los niños no deben comer galletas antes del desayuno porque... .-intento continuar, pero me interrumpe.

- Porque después no terminan su desayuno .-hace un puchero.- Debiste ver sus ojitos rogando por una galleta.

- Eso te pasa por consentirla tanto .-reprocho.

- Eso me pasa por hacer una niña con tus mismos ojos" .-responde, haciendo que ruede los ojos.

- Entonces, ¿es mi culpa? -me cruzo de brazos.

- Sí .-se cruza de brazos también.

Nos quedamos en silencio mirándonos. Desvío la mirada hacia la estufa por un segundo.

- Se te está quemando la comida .-intento no reír mientras lo veo apresurarse hacia el sartén.

- ¿Ves cómo me distraes? -niega, tirando el panqueque completamente quemado a la basura.

- Claro, amor .-esta vez no puedo evitar reír al ver su expresión.

- Eres malvada .-pero antes de que pueda seguir riendo, sus labios se unen a los míos, callándome.

Mis brazos rodean su cuello, ya que estando sentada sobre la barra de la cocina, solo me sacaba una cabeza de altura. Su lengua jugando con la mía hace que me sonroje. Sus labios empiezan a bajar por mi mejilla hacia el lado izquierdo de mi cuello, donde se encarga de succionar. Bajo mis manos a su torso, tocándolo.

Río cuando un escalofrío recorre mi espalda y abro los ojos para mirarlo, pero cuando lo hago, me encuentro con otros dos pares de ojos mirándonos en silencio.

La calentura deja mi cuerpo en un instante, lo empujo lejos de mí.

- ¿Qué pasa? .-limpia sus labios mirándome. Con mis cejas le indico que mire y abre los ojos sorprendido- Oh.

- ¿Por qué papá te estaba comiendo el cuello?"

- ¡¿Papá es un vampiro?! -Mia grita horrorizada.

The Evans (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora